5 hoteles para perderse en Formentera.

Y de qué manera. La isla, paraíso donde los haya, no ofrece grandes lujos artificiales. La naturaleza, la calidez y la belleza de lo sencillo son protagonistas.

Cuando alguien habla de Formentera hay una palabra, una sola, que se viene a la mente del que ya la conoce y del que no, también. Paraíso. No hay mejor forma de describir este pequeño rincón del Mediterráneo, tan cerca, tan próximo y, aunque por ello pueda no parecerlo, tan espectacular y único.

Formentera es claro ejemplo de lo afortunados que somos. Muestra de que no hay que viajar a miles de kilómetros para encontrar esa foto perfecta de aguas turquesa, fina arena blanca, playas kilométricas y calas de ensueño. Fantástica realidad que copa portadas de revistas y guías de viaje por todo el mundo y que es nuestra, sí, muy nuestra.

Un fin de semana largo es perfecto para descubrirla. Nunca será bastante, solo suficiente, porque Formentera enamora y atrae como para querer, como indicamos en el titular, perderse en ella y no abandonarla en una buena temporada, tal es su encanto y su poder de seducción.

No es Marbella, no es Saint-Tropez, no es Capri, ni Santorini, ni la Costa Esmeralda sarda. Sin desmerecer estos destinos, aquí no hay infraestructuras excesivas ni artificiales. No hay fiestas por todo lo alto, ni champán, ni pedrería. Todo se conserva y se ofrece de la forma más natural posible en un delicioso refugio «hippy chic» inolvidable y asequible para el popular y para el anónimo.

Aquí presentamos cinco rincones, cinco puntos de la isla, cinco destinos diferentes dentro de uno mismo. Cinco hoteles que, como la pequeña porción de tierra en la que se encuentran, no pretenden alcanzar categorías ni entrar en ningún ranking. Cala Saona, Gecko Beach Club, Blanco, Es Marès, Insotel. Cinco nombres que simplemente son perfectos en sí mismos para sacar todo el partido a la más deseada de las Baleares y desde los que descubrirla. ¡Buen viaje!

  • 15

    Blanco Hotel.

    En plena sintonía con el ambiente paradisíaco de la isla, Blanco Hotel emerge como un nuevo establecimiento de diseño moderno y líneas mediterráneas en Es Pujols, la localidad más turística y donde encontrar, los más marchosos, el mejor ambiente nocturno. Destacar su amplitud, sus instalaciones y su cocina que, de la mano del joven Manuel Deluca, promete desayunos, almuerzos y cenas muy diferentes a los de un hotel convencional. Para las copas, puedes caminar hasta el Bananas & Co, una de las discos más conocidas.

  • 25

    Gecko Beach Club.

    Cuando uno entra a Gecko, ya no quiere salir. Será por sus 27 habitaciones de diseño. Quizá por su situación en primera línea de playa, mirando al mar desde unas tentadoras camas balinesas. Tal vez por su cocina, de la que salen las mejores paellas de la isla, o por su amable y atento servicio. No obstante, y aunque no apetezca, sal, no lo dudes, solo un ratito para acercarte a uno de los rincones más maravillosos de Formentera, la Cala des Mort, que se muestra bajo escarpados acantilados tras una pequeña caminata. De vuelta, toma una copa en el animado Blu Bar.

  • 35

    Hotel Cala Saona.

    El hotel Cala Saona es el único de la isla que se encuentra tan cerca de una de las calas soñadas por los viajeros. La pequeña entrada de mar homónima es íntima y romántica, y lo es más aún al atardecer, cuando uno puede contemplar una fabulosa puesta de sol desde un pequeño chiringuito sobre uno de los acantilados que la rodean. El hotel, por su parte, es un completo, grande y moderno cuatro estrellas blanco, sencillo y perfecto para una estancia con todas las comodidades. Sus terrazas escalonadas frente a la playa son perfectas para desayunar, comer o cenar al aire libra sintiendo la brisa y los sabores de una rica cocina. No olvides pedir la fideuá.

  • 45

    Hotel Es Marès.

    Es Marès se viste de Formentera. Este pequeño refugio en el centro de la idílica localidad de Sant Francesc, capital de la isla, ofrece un gusto exquisito a modo de vivienda tradicional sin dejar de lado una deliciosa arquitectura y gastronomía. Su desayuno es de esos que apetece fotografiar y subir a cualquier red social. Durante el día, acércate en una excursión a la paradisíaca playa de Ses Illetes, prueba la paella de Tanga en primera línea y no te pierdas el atardecer con una sangría de cava y la música más cool en Beso Beach. Por la noche, vuelve a Sant Francesc a cenar en el ideal Ca na Pepa y regresa a descansar como un niño a Es Marès, que aún queda viaje.

  • 55

    Insotel Formentera Playa.

    En un entorno privilegiado y bañado por las cristalinas aguas de la playa de Migjorn nace este hotel unido a su concurrido South Beach Club. Un espacio único, un paraíso donde el mar se mezcla con la gastronomía, el chill out y el espíritu de libertad que hace tan característica a la isla. Todo aquí es maravilloso pero si es miércoles o domingo no olvides acercarte en coche en cuestión de minutos al mercadillo hippy de La Mola y a contemplar las vistas desde el faro de esta pequeña localidad.



Viajar

Una brújula que nos acerca a esos destinos, más o menos lejanos, que alguien, antes que usted ha tenido ya la suerte de pisar.

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