El lugar más bonito del mundo.

Quizá sea una exageración para algunos definir de este modo a la pequeña villa costera de Cadaqués, pero...

Bueno, bueno, quizá sea una exageración para algunos (aunque seguro que para otros muchos, no) definir de este modo a la pequeña villa costera de Cadaqués, pero para nuestro descargo diremos que quién así definió a este rincón fue Salvador Dalí con su célebre:

…i vull tornar al lloc més bonic del món, a Cadaqués.
(…y quiero volver al lugar más bonito del mundo, a Cadaqués.)

Y desde luego seguro que este rincón del Mediterráneo, uno de los primeros de la península en recibir los rayos del sol cada día, podría muy bien figurar en cualquier selección a las que tan acostumbrados nos tienen algunas revistas y editoriales del tipo ‘los lugares más….’

Llegar a Cadaqués no es fácil. Es de esos lugares a los que nunca llega uno por casualidad. Aquí hay que venir, y además no es sencillo. Si se llega por mar uno ha de enfrentarse a la Tramuntana, el fuerte viento que ha modelado los espectaculares paisajes del parque natural del Cap de Creus, y si se hace por carretera hay que sortear 20 kilometros de curvas desde la vecina ciudad de Rosas.

Pero sea cual sea el medio elegido para llegar, una vez que se vislumbra la impresionante silueta de la iglesia de Santa María, cualquier viajero dará por bien realizado el viaje. El azul del mar y del cielo se complementa con el blanco de las casas y el verde de la montaña para crear una de esas estampas que ilustran a la perfección el ‘mediterraneo soñado’ que tan dificil es de encontrar en otro lugar.

Y a partir de aquí…. mejor será dejar que sea el viajero el que descubra  que fue lo que llevó a Dalí a calificarlo de este modo y el por qué sus calles siguen sirviendo de inspiración a los muchos artistas que aquí habitan y que intentan atrapar con sus pinceles esos colores que sólo se pueden disfrutar en su plenitud perdiendo nuestra mirada, en silencio, por cualquier rincón y viendo como la luz de Cadaqués impregna de un modo especial todo sobre lo que se posa.



Viajar

Una brújula que nos acerca a esos destinos, más o menos lejanos, que alguien, antes que usted ha tenido ya la suerte de pisar.

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