En ruta por el cañón de fuego.

Islandia es un destino único e incomparable. Ahora que falta poco para la primavera es un buen momento para planificar una escapada a la isla, y organizar una excursión que está fuera de los circuitos principales, la que nos permitirá descubrir la esencia misma de la región: la visita a Eldgjá, el conocido como ‘Cañón de Fuego’.

Y no cualquier desfiladero angosto. Se trata del mayor cañón volcánico del planeta, una gigantesca fisura en la tierra y la roca que fue descubierta en 1893 por un explorador local y que se extiende por más de 40 km. por una zona rica en cráteres, gargantas y glaciares (exactamente, entre los glaciares de Mýrdalsjökull y Vatnajökull).

El propio desfiladero de Eldgjá, de ocho kilómetros de largo, tiene unas dimensiones increíbles, con más de 200 metros de profundidad y hasta 600 m. de ancho. Y todo gracias a una serie de erupciones volcánicas de las que ya hay documentos atestiguándolas en el siglo X de nuestra era. Los expertos han cuantificado en 19 los kilómetros cúbicos de magma y más de 220 las toneladas de azufre y roca basáltica que excupió la tierra allí para crear esa hendidura.

Uno de los puntos más interesantes de una excursión a este volcán y cañón al sur del país es la cascada de Ofaerufoss, que está precisamente en el interior del cañón. Desgraciadamente, el puente natural que había entre ambas ‘orillas’ del mismo desapareció debido al deshielo.

En Hólaskjól proponen diferentes rutas por el cañón, que es la mejor forma de conocerlo. Una de las más populares finaliza precisamente en la cascada y apenas tiene 2 km., aunque se puede extender hasta los 7 km. Además, para los más avezados, es posible recorrer otras aun más hermosas en cuanto a paisajes, de entre 9 y 10 km.

El Hólaskjól-Higlandcenter ofrece diferentes posibilidades de alojamiento, desde acampadas privadas a acomodo en lodges o pequeños apartamentos. Además, se pueden alquilar caballos para hacer las excursiones por la zona e incluso, si se desea, alquilar una villa junto al lago Langisjór, para hasta 6 huéspedes (desde 35.000 coronas, unos 250 €/noche). Sin duda, esta última es el mejor lugar desde el que enamorarse de una Islandia salvaje y única, tanto como el propio cañón de Eldgjá.