El templo de las olas.

Si a un amante del surf le preguntamos por las mejores playas del mundo, lo más seguro es que nos respondiera algunas de las que jalonan la región de North Shore en Oahu. En este rincón de Hawaii se encuentra un santuario marino habitado por grandes tortugas y un buen número de tiburones que hacen aun más espectacular si cabe domar las olas sobre la tabla.

Oahu es la tercera isla por tamaño del archipiélago  y acoge la capital del Estado, Honolulu. Como sus vecinas, se trata de un territorio volcánico en cuyos 1.500 km2 de superficie hay cabida para playas tan emblemáticas como Sunset o Waikiki Beach, pero pocas como la de Ehukai, Haleiwa o Mokuleia, las tres pincipales de North Shore y con una naturaleza salvaje y paradisíaca.

La primera de ellas es famosa por su Banzai Pipeline (o Pipeline, a secas), que es el nombre que recibe el tubo gigante que forman sus olas y que permiten a muchos surferos cumplir el sueño de deslizarse por un espectacular pasillo abobedado de agua. Pero no solo es una playa para ‘cabalgar’ olas, sino también para practicar snorkel o, simplemente, nadar.

Otro de los atractivos de esta zona es que sólo posee un gran hotel, el Turtle Bay Resort, al que pertenecen dos campos de golf. El resto de turistas tiene que conformarse con pequeñas casas de huéspedes, donde disfrutar aun más si cabe de la sensación de formar parte de la comunidad local.

Da igual que sea invierno o verano, el agua siempre está lista en alguna de las playas de North Shore para brindar una experiencia única sobre las olas.