12 pueblos de España y Portugal como sacados de un cuento.
Disfruta de una escapada mágica en los pueblos con más encanto.
En nuestros recuerdos infantiles, seguro que no falta uno muy especial, el de nuestros padres o abuelos, contándonos un cuento. Nosotros, sin pestañear, imaginábamos a la perfección un bosque encantado, un castillo con príncipes y princesas, casitas de piedra con chimeneas humeantes, ventanas con preciosas cortinas de las que salían deliciosos olores a pastel de chocolate, tenues luces iluminando las calles… Estos primorosos escenarios han permanecido intactos en nuestra memoria y también en el imaginario popular, ya que el tiempo no pasa por ellos. Lo mismo ocurre en estos pueblos que hemos seleccionado y que bien merecen una escapada. No hay que irse muy lejos, en España y Portugal tenemos una gran variedad. Se trata pueblos con historia, donde el tiempo ha respetado su fisonomía, con costumbres y tradiciones bien arraigadas y entornos naturales únicos. Teruel, Segovia, Girona, Castellón… son algunas de las regiones que albergan pueblos de calles estrechas y adoquinadas, casas de piedra, castillos, palacios, fortalezas, iglesias centenarias, plazas porticadas y un sinfín de rincones especiales que harán las delicias de toda la familia. En todos ellos, además, encontraréis un hotel con encanto Rusticae para ayudaros a conocer en profundidad la zona, asegurar el descanso y sentir el calor de estar como en casa. ¡Disfruta de tu escapada de cuento!
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Uncastillo (Zaragoza)
No es muy conocido, pero los que visitan Uncastillo se quedan encantados y repiten. Esta localidad de la provincia de Zaragoza declarada conjunto histórico-artístico forma parte de la comarca de las Cinco Villas, que se completa con Tauste, Sábada, Sos del Rey Católico y Ejea de los Caballeros. Uncastillo sorprende por su castillo alzado sobre la peña de Ayllón, su trazado medieval, su judería y su rico patrimonio románico. ¡Nada menos que seis iglesias románicas! El hotel Posada La Pastora, mimetizado con la arquitectura original, es el perfecto punto de partida para conocer Uncastillo y lugares fascinantes del Prepirineo Aragonés, como los Mallos de Riglos o las Bárdenas Reales.
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Pedraza (Segovia)
Pedraza se encuentra al norte de la sierra de Guadarrama, sobre una atalaya de piedra. Esta villa medieval amurallada está declarada monumento histórico-artístico y forma parte de la red de los Pueblos más Bonitos de España. Cualquier época es buena para caminar por sus calles empedradas y admirar sus casas blasonadas y monumentos, por los que parece no pasar el tiempo. Destaca la Plaza Mayor, la Puerta de la villa, la Cárcel, el Castillo y, como fiesta, la mágica Noche de las Velas, en el mes de julio. Para alojarse, La Hospedería de Santo Domingo habita una antigua casa noble a las puertas de Pedraza y goza de unas vistas maravillosas de la villa.
Foto: pedraza.info
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Hervás (Cáceres)
La villa de Hervás es una pequeña joya del Valle del Ambroz, en el norte de Cáceres. Su historia está ligada a Salamanca, pues hasta 1833 no perteneció a Extremadura. Su origen se remonta a las postrimerías del siglo XII, cuando los caballeros del Temple construyeron una ermita junto al río Santihervás. A partir del siglo XV una pequeña comunidad hebrea se asentó en la población, y actualmente el barrio judío es una visita indispensable. También destacan monumentos como el Palacio de los Dávila, la Iglesia de Santa María o el Convento de los Trinitarios, junto al que se encuentra el hotel Jardín del Convento, alojado en una casa solariega del siglo XIX.
Foto: turismoextremadura.com
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Mogarraz (Salamanca)
En el sur de Salamanca, Mogarraz es el ejemplo de pueblo serrano que te puedes encontrar visitando los conjuntos históricos de la comarca de la Sierra de Francia, que comparten su pequeño tamaño, casas blasonadas, calles estrechas y bellas plazas e iglesias. Mogarraz está declarado conjunto histórico-artístico y presenta una estructura urbana de corte medieval. Pasear por sus calles es como adentrarse en un cuento. Las propias casas son un museo al aire libre, con sus fachadas de entramados serranos, mampostería y balcones. Aquí te espera el Hotel Spa Villa de Mogarraz, para guiarte por este pueblo y ofrecerte el mejor descanso.
Foto: www.salamancaemocion.es/
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Madremanya (Girona)
A pesar de su proximidad con la Costa Brava y la ciudad de Girona, Madremanya atrapa al visitante, que siente el deseo de pasar varias jornadas en este pueblo medieval que conserva como pocos su trazado original, sus casas en curva y sus arcos de contrafuerte. Está situado en la cima de una colina, en la que sobresale la iglesia de San Esteve, visible desde lejos. En este marco de otro tiempo se encuentra el hotel El Racó de Madremanya, una gran masía del siglo XVII que sirve como excelente punto de partida para conocer la provincia de Girona.
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Cardona (Barcelona)
A una hora y media de Barcelona, Cardona es una visita ineludible para conocer uno de los pueblos con más historia de Cataluña. Esta villa medieval requiere varios días para sacarle partido a sus atractivos naturales, históricos y culturales. Desde las singulares formaciones de la Montaña de Sal hasta el imponente Castillo de Cardona. Tampoco hay que marcharse sin visitar la iglesia de San Miguel, la Colegiata de San Vicente, la capilla de Santa Eulalia o la Plaza del Mercado. El Hotel Bremon, antigua escuela de Carmelitas del siglo XIX, se sitúa en pleno corazón de Cardona.
Foto: cardonaturisme.cat/es
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Solsona (Lleida)
Solsona es la capital de la comarca del Solsonés, conocida por sus famosos carnavales, así como su rico patrimonio histórico-artístico, que invita a visitar la localidad en cualquier época del año. Su rasgo principal es su legado barroco, presente en edificios como el Palacio Episcopal o el Portal del Puente. Dando un paseo por Solsona, hay que hacer paradas en su catedral gótica, la Fuente de la Iglesia, la Plaza Mayor, la Torre de las Horas o el Palacio Llobera. El Hotel San Roc se ubica en el núcleo urbano de Solsona, en un edificio modernista y emblemático de principios del siglo XX.
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Vilafamés (Castellón)
En el interior de la provincia de Castellón, Vilafamés se divisa desde lejos debido a su situación sobre un cerro. Su casco antiguo de es de origen árabe, con calles estrechas y empinadas. En lo alto se levanta el castillo y, a sus pies, la Iglesia de la Sangre. Lo más llamativo del pueblo es el predominio de su piedra roca en todas las construcciones, así como la impresionante Roca Grossa, una gigantesca piedra en la calle principal. No hay que olvidar la Ermita de San Miguel, la Iglesia de la Asunción, la Cueva de Matutano o El Cuartijo. Para descansar te espera el hotel Jardín Vertical, cuyos balcones suspendidos en el aire ofrecen bellas vistas de la villa.
Foto: vilafames.es
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Calaceite (Teruel)
La comarca del Matarraña, de paisajes verdes e influencias aragonesas, catalanas y valencianas, es un territorio único en la provincia de Teruel. Una ruta por sus pueblos permite disfrutar de un gran legado arquitectónico, como en el caso de Calaceite, considerada la capital cultural de la comarca. Es una delicia pasear por sus calles que muestran el tono dorado de la piedra y el color pardo de los tejados. Sorprenden sus numerosas casas señoriales, capillas, portales y su bello ayuntamiento renacentista. En pleno corazón de la villa puedes alojarte en el Hotel Sitjar o en el Hotel Cresol.
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Mosqueruela (Teruel)
La villa de Mosqueruela constituye una de las mejores muestras de trazado octogonal medieval amurallado en la serranía de Teruel. La vida de este conjunto histórico-artístico gira en torno a la calle Mayor, completamente porticada, que conduce a lugares tan interesantes como el portal de San Roque, entrada principal de la muralla, o la plaza Mayor, donde se encuentra la iglesia de la Asunción y el ayuntamiento. No muy lejos del casco también vale la pena visitar las ermitas, las pinturas rupestres levantinas y el barrio de La Estrella. Para recuperar energías, nada mejor que La Posada de Mosqueruela y su delicioso restaurante.
Foto: teruelversionoriginal.es
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Mirambel (Teruel)
En la mítica comarca del Maestrazgo, entre las tierras de Aragón y Valencia, Mirambel invita al viajero a recorrer un casco urbano bien conservado y de gran riqueza monumental. Esta villa de arquitectura medieval declarada conjunto histórico-artístico alberga interesantes torreones, portales de muralla, iglesias, conventos, palacios, casas populares… en apenas cuatro hectáreas. Su rasgo característico es que toda la población se mantiene intramuros, donde podemos admirar el castillo, el convento de las Monjas Agustinas, la Iglesia de Santa Margarita o la Casa Aliaga. En una edificación tradicional de la villa, rehabilitada respetando su esencia, encontrarás el hotel Las Moradas del Temple.
Foto: Spain.info
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Marialva (Portugal)
Sin alejarse mucho de España, en el distrito de Guarda de Portugal, da la bienvenida la Aldea Histórica de Marialva. Está situada en un cerro rocoso en la denominada ciudad antigua, que traslada inmediatamente a la Edad Media. Aunque muchas de las edificaciones están en ruinas, destaca que su aspecto y trazado están prácticamente intactos. El Castillo de Marialva es el monumento más importante, seguido de su amplia muralla de granito y sus torres: la Torre del Reloj, la Torre del Monte y la Torre de los Enamorados, desde donde se tienen buenas vistas de la sierra de Marofa y la sierra de Estrela. El hotel Casas do Côro se encuentra perfectamente integrado en la villa alta y constituye un punto de partida idóneo para conocer el Valle del Douro.