La Sicilia profunda de Dolce&Gabbana.

“Los atlas dicen que Sicilia es una isla y debe de ser verdad, los atlas son libros de honor. Pero entran ganas de dudarlo al pensar que, al concepto de isla, suele corresponder un grumo compacto de raza y costumbres, mientras que aquí todo está mezclado, es cambiante, contradictorio, como en el más variado de los continentes”. Gesualdo Bufalino, en La luz y el luto.

Siempre he creído que Sicilia era un lugar especial. Más de 25.000 km², al sur de las costas de Italia, con un gran peso a sus espaldas: el de la historia. La ciudad fundada por los Sículos es la propietaria única y exclusiva de uno de los tesoros más codiciados; un arte creado por y para una aristocracia exquisita y extravagante. La isla del Mediterráneo presume ante su arte barroco, aquel que da nombre a lo exuberante  e inspiración a quienes la buscan.

Entre el blanco y el negro, Dolce&Gabbana ha decidido quedarse con el luto de la ciudad, allí donde la luz es más flagrante y todo se ve de otra manera. Los diseñadores italianos eligen a Sicilia como el lugar idóneo para mostrarnos una de las líneas que componen su propuesta para la primavera del 2013. Y por si no quedaba claro que lo principal en cualquier caso es captar la esencia, la propia Sicilia fue la encargada de recordárnoslo.

Los tradicionales modelos dejaron paso a 73 señoritos sicilianos, elegidos por los propios diseñadores, para demostrar que la belleza natural, la personalidad y la sencillez forman parte de sus requisitos fundamentales a la hora de llevar a cabo su trabajo. Los pantalones de talle alto y las rayas son las protagonistas de una colección donde las camisas y camisetas, llenas de estampados y colorido en lino o seda, se llevan por dentro.

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