Expresión y prendas escultóricas de Virginie Verrier.

Mientras sus amigos se formaban en las aulas, los viajes y las aventuras la esculpían a ella. Mientras los demás subían escalafones en sus puestos de trabajo, ella sentía el vacío del empleo seguro y premeditado. Cuando el trabajo no lo es todo, cuando necesitas de esa sensación de vértigo y dominación al crear, cuando no lo piensas y sólo dejas fluir lo que viene desde adentro, te sientes un poco como Virginie Verrier.

Esta artista franco española que mezcla en sus creaciones el desarrollo espacial de sus primeras esculturas que luego se fueron complementando con el diseño de moda y la fotografía.

«Viajé por el mundo y luego a través de la materia«, dice. Y su sensibilidad para dar forma corpórea a las telas, lo transmite. No dibuja en papel, crea en su cabeza. Se divierte modificando patrones mentales. Busca un concepto y hasta que no esté claro no se vuelca a desarrollarlo. Busca el instinto en cada rasgo de las telas. Todo tiene que tener un sentido.

Encuentra la inspiración fuera de la moda. Se pasa largas temporadas explorando otras actividades artísticas como el cuero, la escultura y los tratamientos de los tejidos. Sus musas son mujeres con carácter. Necesita la fascinación de su personalidad para modificar su vestuario a través de las telas. Y lo hace como incorporando a las personas dentro de su escultura. Incluir pasión y personalidad, dotándolas de un vestuario artístico.

Virginie huye de las producciones en masa. Hace ropa de autor, más que colecciones que siguen tendencias. Por eso se aleja de los circuitos tradicionales de la moda y sin embargo se codea con diseñadores gráficos e industriales.

De ahí la atemporalidad de sus diseños. Piezas que reflejan el estado de ánimo y son útiles, modulares, multifuncionales y absolutamente expresivas. Y esa creatividad se convierte en fondo de armario. Ropa que se modifican según los complementos, sin perder su esencia. Ediciones limitadas de no más de 20 modelos que además, visten. Y lo hacen con la genialidad de Virginie Verrier.