El gran placer del tiempo.
Para que las colecciones cuajen hay que dejarlas reposar. Tiempo. Eso es lo que hizo Toni Francesc en la pasarela 080 de Barcelona.
En muchas ocasiones, por no decir en todas, la necesidad del tiempo se convierte justamente en eso, pura ambición por exprimirlo al máximo, alejándonos de la idea basada en que el tiempo debiera saborearse… Porque vivir las cosas al segundo no significa disfrutarlas; porque el disfrute se practica precisamente con el tiempo y, en el mundo de la moda, ocurre exactamente lo mismo. Para que las colecciones cuajen hay que dejarlas reposar, que cojan forman. Tiempo. Eso es lo que hizo Toni Francesc en la pasarela 080 de Barcelona.
Gypsum es una de esas propuestas que, a pesar de no aparentarlo, ha sido pensada y requetemirada. Porque generar diseños basados en la funcionalidad y que cuenten con algunas de las claves más exquisitas, tanto en materiales como colores, no es algo que ocurra así, sin más, sino que el tiempo se convierte en un aspecto clave para mirar cada una de las piezas y dotarla de personalidad.
El equilibrio perfecto llega de la mano de cristales y piedras sobre líneas limpias y formas geométricas con colores luminosos que aportan toda la elegancia y sofisticación a las prendas: verdes, azules y naranjas que se fusionan con tonos empolvados y opacos buscando una sensación arquitectónica. La transparencia se impone con mezclas de tejidos vaporosos, como el tencel y la seda. El lino y el algodón se encargarán de crear patrones que se ajusten a la silueta femenina.
Sin duda alguna una colección que se ha hecho un hueco entre las grandes tendencias del verano 2013 gracias a un factor fundamental: el tiempo.