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cerrarThe lucky ones.
Para los chicos afortunados el clásico estilo deportivo americano, sello de GANT, se entremezcla con el gusto ochentero y preppy.
La vida no es justa, tampoco suficientemente feliz, nos priva siempre de una u otra cosa, de este o aquel sueño… y así vivimos deprisa corriendo contra la vida y sus designios; hasta que un día te levantas, te das cuenta de que el tiempo va pasando, de todo el que ha pasado ya y piensas que, en realidad, eres afortunado.
Algo así debió pasar por la cabeza e inspiración de Michael Bastian cuando comenzó a idear la colección de otoño/invierno de GANT para cerrar las estaciones de 2012 y, en este pensamiento, regresó a sus años universitarios en una ciudad tan viva como fría, Boston, y a sus amigos de entonces, recurriendo a estereotipos que le han permitido desplegar todo un revival de los 80.
El clásico estilo deportivo americano, sello de GANT, se entremezcla con el gusto ochentero y preppy, sin despreciar los estilos un punto más agresivos o más grunge, y compone una colección joven, divertida, vintage e incluso con un toque de atrevimiento en algunos de sus looks; el rojo y blanco rayado, por ejemplo, que nos recuerda al desesperante entretenimiento de buscar a Wally.
En homenaje a la fortuna que Michael recuerda de sus 80 universitarios y bajo la influencia irlandesa tan en boga en aquella época en su Boston, cada una de las prendas de esta colección luce, junto a la etiqueta, un trébol de cuatro hojas; y es que si vistes como un lucky one de GANT eres, por fuerza, un tipo afortunado… y bailas a Caviare days, el grupo encargado de convertir las prendas The lucky ones en una canción, la que suena en el video que acompaña este revival de una colección que se presentó hace unos meses pero que es ahora, en estas lluvias y estos fríos, cuando nos morimos por hacernos con ella.
The Lucky Ones. Gant by Michael Bastian