Gente indie & Other Stories.
La firma sueca crea una colección píldora junto con las artista Lykke Li que es pura inspiración hobo
Antes de las barbas desaliñadas y las gafas de pasta, antes incluso de Kerouac-Ginsberg-Cassady y los Beat, mucho antes llegaron ellos: los hobo, los primeros indies. Hay quien cree que los únicos, los de verdad, los que cruzaban América con una mochila -sin mapas, coche ni GPS- en busca de trabajo; los que se colaban en el ferrocarril más haraposo para alcanzar su próximo destino, donde -quizás- sonriese la suerte y encontrasen un trabajo mal pagado durante un par de semanas. Errantes, migratorios, incomprendidos, a ratos huidizos, libres hasta la médula. De sus famosos símbolos, útiles para dejase mensajes de unos a otros en rincones imperceptibles, nace hoy la colección que & Other Stories presenta junto con la cantante y compositora sueca Lykke Li: Co-lab.
Desde el pasado 4 de septiembre el gigante nórdico, de la mano de su marca más naïf, cuenta ya con esta cápsula protagonizada por piezas minimalistas y estructurales, zapatos con ligeros toques a lo Bowie y joyas de plata bañadas en oro. La colección, viva imagen de la estética que luce la artista Lykke Li, ha sido realizada con materiales y tejidos especiales, haciendo hincapié en la calidad de cada prenda o pieza. Así es posible toparse con seda chiffon, algodón orgánico, cashmere y piel, entre otros tejidos que dan lugar a pantalones acampanados, jerséis oversize, faldas mini, blazers sartorial o botines altos de cocodrilo. El negro es el color oficial de esta singular y apetecible Co-laboración, perfecta para combinar con todo tipo de piezas y estilos, pues si algo la define es su gran versatilidad.
Nos calzamos sus sandalias estilo hotelero para subirnos durante unos minutos en las vidas de aquellos hombres y mujeres hobo. Queremos acompañarlos en su próxima aventura en busca de nuevas metas. Aunque pensándolo bien, puede que no tengamos que alejarnos mucho en el tiempo para encontrarlos, puede que hayan regresado y con ellos su búsqueda incansable de trabajo, su admirable romanticismo libertario y sus símbolos más bien precarios. Cuando salgamos a la calle volveremos a mirar en aquella farola, tras el contenedor de enfrente y en el canto de los buzones porque algo nos dice que llegarán más mensajes.
Mensaje día 1: nos hemos encontrado un círculo atravesado sólo hacia su lado derecho por una flecha que apunta al este. Dicen que significa «GO». Iremos.
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