El arte se viste de Nadia.

Cuenta con grandes ventajas que no todos podemos saborear, como convertir en un escenario, propio de grandes teatros , allá por donde pisa. Simplemente le basta con colocarse en el centro, mirar hacia el cielo y dar comienzo a la función.

El arte tiene el lujo de contar con una firma de moda propia, hecha a medida, como las grandes sastrerías, donde cada milímetro es recorrido con lupa y atención para darle forma, poquito a poco, y moldearlo a fuego lento a través de las tendencias y el saber hacer. Y es que si hay alguien capaz de vestir la personalidad y el ‘hondo’ del arte es Nadia Tarr. La belleza femenina se postra ante los pies de esta bailaria transformada en diseñadora para dejarse hacer a través de las formas.

Así, las rayas son el instrumento que Tarr emplea para crear una coreografía de volúmenes dirigida por los espacios y la arquitectura contemporánea de una apasionada de la belleza que se ha convertido en la modista oficial de la realiza artística.