Provocations.

Se llama Alexander Skarsgard, tiene 36 años y dice la prensa especializada en estos temas de la belleza y la seducción que es un de los hombres más «sexis» del planeta. Lo dicen desde que interpretara a Eric Northman en una de las más exitosas series de HBO, True Blood. Claro que el actor sueco que es además guionista y director de un corto (To kill a child. 2009) hijo del también actor Stellan Skarsgard, al que reconocerás en Mamma Mía!, tiene una nada despreciable carrera  más allá de este éxito mediático. Lo que se llama «profesión». Véase que ha trabajado con el mismísimo Lars Von Trier en Melancholia (2011), en la que también participa su padre. Anecdótica su participación en el videoclip de Paparazzi, de la indescriptible Lady Gaga.

Pues bien, Alexander protagoniza ahora la película y la campaña de Calvin Klein para esta primavera. Y por compañera de reparto la delicada belleza rubia de la modelo finlandesa Suvi Koponen -léase en finlandés, que desde que ganara un concurso televisivo de belleza allá por el 2005, no ha hecho más que ir a más, hasta Prada, Louis Vuitton, Miu Miu, Donna Karan, Marc Jacobs…

Y una vez sumas a ambos y los pones bajo la dirección del increíble Baron, Fabien Baron – Director de Arte de algunas revistas del tipo New York Woman Magazine, Vogue Italia, Harper’s Bazaar, Vogue Francia, o Director Editorial del Interview– cuya creatividad se expande de la prensa a la fotografía, de las revistas a campañas de grandes marcas desde Burberry a Calvin Klein, y ocurre este destacable momento de inmensidad, de belleza y sensibilidad estética en la que incluso cabe disfrutar de la colección. Y cómo no, Francia, Suecia, Finlandia… toda esta increíble producción no estaría rematada hasta la perfección si no ambientara un islandés, Olafur Arnalds, que pone música a cada instante de principio a fin.

El resultado de todos estos elementos, de los personajes y de la dirección, de la fotografía, de la música, un cóctel maestro: Provocations. Frío, cálido, estético, lejps de la primera impresión de vacío, se aleja de la muestra y el catálogo armando una silenciosa historia de metáforas despiezadas, compleja, de amor y pasión, de soledad y sometimiento, de entrega y distancias, con una inmejorable producción y manufactura en la que el detalle es también el tiempo y el tiempo… el detalle. Ocúpate un rato en el film, y no sólo en este previo, en su web. Y cuéntanos.