Johnny Depp estrena película, Black Mass: estrictamente criminal. En ella encarna a James ‘Whitey’ Bulger, un gángster que se movió como pez en el agua en el mundo criminal de la ciudad de Boston en los años 70. Argumentos aparte, de nuevo el actor norteamericano nos sorprende con un look a priori bastante poco atractivo, a los años 70 y con una calva por montera, aunque sobre gustos no hay nada escrito, y puede que a más de una (o uno) de sus admiradoras (o admiradores) les siga pareciendo atractivo de tal guisa.
Pero la verdad es que, tratándose de Depp, lo raro es verle de la misma guisa en más de dos películas, sagas caribeñas de piratas aparte. Muy equivocado estaba el que le viera en aquella aparición en la primera entrega de Pesadilla en Elm Street en 1984 y pensara en que simplemente estábamos ante otro chico guapo de películas para adolescentes, aunque se convirtiera en un ídolo para ellos a raíz de su aparición en una serie televisiva de la época. De Eduardo Manostijeras a Willie Wonka, de Cry Baby a Enemigos Públicos, Johnny Depp ha alternado papeles hechos a la medida de los suspiros de cualquier fémina con estrafalarios personajes, especialmente en sus colaboraciones con su amigo Tim Burton, con el que ha repetido hasta ahora en 8 ocasiones, la última en el 2012, en Sombras Tenebrosas.
A pesar de eso, o quizás por tan amplio registro interpretativo, y a pesar también de su apretada y escandalosa vida social, Depp sigue en lo más alto de la lista de actores favoritos por el público, como demuestra el hecho de ser el actor más valorado por sus votos en la lista elaborada por el portal Internet Movie Data base (IMDb.com), confeccionada para conmemorar sus 25 años en internet. No hay duda que Johnny es mucho Johnny, ponga la cara que ponga….
La primera colaboración con Burton y el primer éxito como protagonista de Johnny en esta readaptación del mito de Frankenstein que dio el pistoletazo de salida a la galería de personajes interpretados por el actor.
Es muy posible que si Johnny Depp hubiera sido contemporáneo de Ed Wood, sus carreras se hubieran cruzado de una u otra manera. Aparte del estupendo Depp y de una buena dirección de Burton, un exquisito Martin Landau.
Johnny se pone en las manos de otro director de esos cuya imaginación parece imposible que pueda caber en una sola cabeza, Terry Gilliam, y el resultado es de esas películas que se ama o se odia. Y una de las razones para amarla es, como no, Depp.
Piratas del Caribe, la maldición de la perla negra (Gore Verbinski, 2003)
Con mucho, el papel más popular (y rentable) de Johnny Depp. Jack Sparrow se ha convertido, por derecho propio, en uno de los piratas más carismáticos de la historia del cine, un derivado 2.0. de aquel Temible Burlón de Burt Lancaster.
Charlie y la fábrica de chocolate (Tim Burton, 2005)
Si Depp no hubiera nacido, Tim Burton lo hubiera creado para interpretar a Willie Wonka, aunque es posible que los de mi generación seamos del bando de Gene Wilder en la versión de los 70.
El reverso diabólico de Eduardo Manostijeras lo clavó Johnny Depp, también de la mano de Tim Burton, con este Ruphert de la Calle Fleet de aquí te pillo, aquí te afeito y aquí te mato, adaptando una comedia musical de Broadway.
Alicia en el país de las maravillas (Tim Burton, 2010)
Estaba claro que el primer papel del casting que Burton realizó para esta adaptación del cuento de Lewis Carroll fue Johnny Depp como el Sombrerero Loco. Lo extraño es que no le diera el papel de la Reina…
Burton coloca a su querido amigo Depp como un vampiro del siglo XVIII presa de una maldición que despierta en la América de los 70. Y ambos están en su salsa.
Demostración empírica de que, por mucho que se empeñen los estudios de Hollywood, la fórmula perfecta no existe. La Disney intenta duplicar en el Oeste la saga de los piratas y se da el castañazo. Eso sí, siempre nos quedará Johnny Depp haciendo el indio. Literalmente.
Cuidado, que viene…. Johnny Depp. Un lobo, el lobo de los cuentos, en un bosque encantado, en esta adaptación de la comedia musical de Broadway. Por si fuera poco, por ahí anda Meryl Streep de bruja piruja.
Fallido intento de comedia excéntrica, que aún así nos permite descubrir otro de esos personajes que le van como un guante a las capacidades interpretativas de Depp.
La última de Depp le vale al norteamericano para meterse de nuevo en la piel de un delincuente, en esta ocasión, James “Whitey” Bulger, caracterizado con bastante menos pelo que de costumbre y con estética setentera.
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