Una decena de Cine sobre Cine.

Un puñado de obras maestras cuya principal base argumental es el mundo del cine

El mundo del cine y todo lo que le rodea siempre ha sido un buen motivo para hacer una película, eso que se ha dado en llamar Cine dentro del Cine, algo así como un autorretrato de un pintor pintando, un novela sobre literatura o una escultura representando a un escultor. El universo del cine, de la realización de películas, de las relaciones entre directores y productores, entre productores y actores, entre actores y actrices, da lugar a verdaderas obras maestras del Séptimo Arte, comenzando por la magistral El Crepúsculo de los Dioses de Billy Wilder y terminando por la alocada Ed Wood, de Tim Burton, pasando, como no, por la maravillosa Cinema Paradiso, de Tornatore, de la que en estas fechas se cumplen 25 años de su estreno (sí, lo sé, pasa el tiempo demasiado rápido, que yo también lo he pensado), razón por la cual ha vuelto durante un tiempo limitado a su hábitat natural, la oscuridad amable de una sala de cine.

Así que era un momento perfecto para recopilar en una pequeña lista un puñado de obras maestras cuya principal base argumental fuera el mundo del cine y sus aledaños. Historias que nos han sumergido en el fascinante mundo de las bambalinas de los creadores de esas imágenes que luego pueblan nuestras pantallas. Las debilidades de los hombres y mujeres que nos emocionan y nos hacen soñar, y que a su vez tienen sus sueños y emociones, tan parecidos a los nuestros, porque de otra manera no nos podrían convencer de la verdad del cine. Son tan sólo una decena, y ya sé que en esto de las listas siempre falta o sobra algo, pero creo de verdad que son una muestra muy significativa de ese mirarse al espejo que supone realizar una película cuyo elemento principal sea el cine.

1 / 10

El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder, 1950)

Una obra maestra del cine sobre el ocaso de una actriz y el mundo de Hollywood. Escoció bastante en su época por su acertado reflejo del mundo de los estudios, cómo no podía ser de otra manera viniendo de Wilder, de quién decían que en lugar de cerebro, tenía una hoja de afeitar.

2 / 10

Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988)

Si hay una película que refleja la magia del cine, lo que hace sentir y soñar a quién se sienta a ver una película y a los millones de amantes del arte de las imágenes en movimiento, esa es Cinema Paradiso. Porque en realidad, todos tenemos uno en nuestra vida.

3 / 10

Fellini, ocho y medio (8½) (Federico Fellini, 1963)

A través de su alter ego Mastroianni, y su genial interpretación de un director que atraviesa una crisis creativa, el genio italiano desmenuza su mundo ante nuestros fascinados ojos sin que podamos hacer otra cosa que sumergirnos en él.

4 / 10

Cautivos del mal (Vincente Minnelli, 1952)

Dos años más tarde que el Crepúsculo de los Dioses de Wilder, Minnelli golpea de nuevo en la línea de flotación de Hollywood con esta ácida historia sobre la carrera de un productor sin escrúpulos encarnado por un poderoso Kirk Douglas.

5 / 10

Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen, Gene Kelly, 1952)

O como transformar el caótico (y traumático para una legión de trabajadores del cine) periodo de la transición al sonoro en un delicioso espectáculo de música y baile que se ha convertido en el mejor musical de la historia.

6 / 10

La noche americana (François Truffaut, 1973)

El rodaje de una película le sirve al director francés para mostrarnos su fascinación y amor por el cine, a través de las relaciones entre los diferentes personajes del equipo. Truffaut ama el cine, y nos enseña a amarlo.

7 / 10

The Artist (Michel Hazanavicius, 2011)

Una película muda en el siglo XXI. Algo anacrónico que se convierte en un espectáculo visual donde lo más importante es dejarse llevar por el espíritu del cine en sus orígenes, por lo que le hizo convertirse en lo que es. Una delicia.

8 / 10

La Rosa Púrpura del Cairo (Woody Allen, 1985)

Woody Allen nos sitúa. Apunta. Y nos dispara una comedia a partir del sueño que todo espectador de una sala de cine ha tenido: que su personaje preferido salga de la pantalla y viva junto a él sus aventuras. No cabe más cine dentro del cine.

9 / 10

Ha nacido una estrella (George Cukor, 1954)

Mason marcándose su mejor papel en el cine (Que no es decir poco), Garland CANTANDO (si, así, con mayúsculas), pero dejando bastante claro que también sabía actuar. Y Cukor dirigiendo. Se merecía todos y cada uno de los Oscars a los que estuvo nominada…. y no ganó.

10 / 10

Ed Wood (Tim Burton, 1994)

Algo muy interesante tenía que surgir de mezclar la historia del llamado peor director de la historia, ese particularísimo Ed Wood (genial Depp) y el universo no menos personal de Tim Burton. El resultado es un film que no deja indiferente.



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