Un día perfecto.

Los Balcanes, finales de los 90. El conflicto bélico hace que la situación más sencilla dereive en lo absurdo. Cómo intentar sacar un cadáver de un pozo para evitar que el agua se contamine. Es la tarea que tienen los componentes de una ONG y sus colaboradores y amigos de la zona: Sophie (Mélanie Thierry), Mambrú (Benicio del Toro), Katya (Olga Kurylenko), Damir (Fedja Stukan), Nikola (Eldar Residovic) y B (Tim Robbins). Ábocados a la irracionalidad de la guerra, hasta la tarea más simple y el sentimiento más básico terminan por convertirles en hormigas sin sentido que van de aquí para allá.

En una película anterior (y absolutamente recomendable), Barrio, Fernando León de Aranoa explicaba con tan sólo una imagen la desigualdad (y su absurdo) colocando una moto de agua que le había tocado a un chaval del extrarradio de Madrid en un concurso aparcada en la calle sin ninguna utilidad, por la incapacidad del «afortunado» de trasladarse a un lugar donde poder utilizarla. Esa irracionalidad, ese absurdo, también está presente en Un día perfecto. Salvo que lo inútil, lo inutilizable, la moto de agua, en fin, son las personas, situadas en medio de ninguna parte en una guerra, que casi por definición es algo sin sentido. Y el director nos propone sencillamente eso, mostrarnos a una serie de personas con las mejores intenciones, las que en principio, en un mundo normal, nos parecerían a todos las más lógicas. Pero no están en un mundo normal, están en medio de una guerra. y lo cómico es trágico, y lo trágico termina por hacer reír, y no se ama, ni se odia, ni se vive igual.

Para amantes del cine a pie de alma de Fernando León y el antibelicismo. Y si eres fan de Benicio del Toro… disfrutaras.

Título original: A Perfect Day
Año: 2015
País: España
Director: Fernando León de Aranoa
Guión: Fernando León de Aranoa (Novela: Paula Farias)
Música: Arnau Bataller
Fotografía: Alex Catalán
Reparto: Tim Robbins, Benicio del Toro, Olga Kurylenko, Mélanie Thierry, Fedja Stukan, Eldar Residovic, Sergi López