Tarde para la ira, Juego de armas y El principito.
Podemos meternos de lleno en la historia de venganza que nos cuenta Tarde para la ira, el más que meritorio thriller que representa el debut en la dirección de Raúl Arévalo, protagonizado por Antonio de la Torre, Ruth Díaz y Luis Callejo. O quizás prefiramos la comedia ácida que nos presenta Todd Phillips en Juegos de Armas, basada en la historia real de una chapucera venta de armas al ejército norteamericano en Afgánistan por parte de dos caraduras interpretados por Jonah Hill y Miles Teller. Y casi en el punto medio entre las dos, podemos optar por recordar la legendaria narración de Saint Exupery, El Principito, en la nueva revisión del clásico que nos propone Mark Osborne con forma de una película de animación. En cualquier caso, seguro que quedamos satisfechos de nuestra elección, porque en lo que no hay ninguna dudad es en que nos gusta el cine…
Tarde para la ira, de Rául Arévalo
El actor Raúl Arévalo se lanza a la dirección y nos presenta un thriller de excelente factura en el que Antonio de la Torre borda su papel protagonizando esta historia de venganza si o si, de hombre que sale de la cárcel dispuesto a rehacer su vida aunque el pasado no esté tan de acuerdo en eso. Y ya sabemos que pasa cuando el pasado llama a tu puerta. Huele a Goyas…
Juego de armas, de Todd Phillips
Todd Philips, el director de la saga iniciada con Resacón en Las Vegas se pone un poco más serio, al menos en el objetivo de su acidez cómica, que no es otro que el caso real de dos caraduras (interpretados por Jonah Hill y Miles Teller) que fueron capaces de timar al gobierno USA colocándoles ni más ni menos que 300 millones de dólares en armas. Algo para pensar en aquello de la inteligencia humana, al menos en la parte que le toca al gobierno norteamericano…
El Principito, de Mark Osborne
Una nueva aproximación a la mítica historia creada por Saint Exupery, mezclando animación por ordenador con la técnica del Stop-Motion, creando un conjunto que mantiene las bondades de siempre del relato, modernizando su puesta en escena. Una excelente ocasión para revisitar una historia que no parece pasar nunca de moda.