Seis películas para estar de acuerdo con el Nobel de Literatura para Bob Dylan.

Media docena de películas para definir el genio literario de Bob Dylan

Tenemos muy claro desde hace tiempo que la concesión de los Premios Nobel suele traer controversia. Por supuesto, nos referimos a los que nos pillan un poco más de cerca, como el Nobel de la Paz, del que podemos opinar gracias a nuestros extensos conocimientos políticos y de relaciones internacionales, adquiridos leyendo Twitter y Facebook, o el de Literatura, al que podemos dirigir nuestra crítica más acerada merced a nuestro amplio bagaje literario, construido mediante la lectura de escritos producidos en los cinco continentes, y porque no hay más. Que si me dicen, a mi por lo menos, que opine sobre el Nobel de Medicina o el de Física, como que lo mismo salgo hablando de The Big Bang Theory o de Anatomía de Grey, exactamente allá donde llegan mis conocimientos actualizados de esas materias.

Pero aunque lo teníamos claro, los chicos del Nobel se han superado a sí mismos concediendo el galardón al cantautor norteamericano Robert Allen Zimmerman, más conocido desde aquellas cintas que rebobinábamos con el bic como Bob Dylan. Básicamente, la controversia viene dada por el hecho de que la primera etiqueta que le colocamos a Dylan desde estas tierras es la de músico. habida cuenta que es posible que la mayoría de los que critican su reconocimiento no se hayan parado a averiguar lo que esconden sus letras, las mismas que, lógicamente según el criterio del jurado, le han procurado el Nobel de Literatura.

Y como lo mejor para demostrar el movimiento es andar, y más de uno habrá pensado para sus adentros aquello de «yo me espero a la película», hemos pensado en ofreceros media docena de títulos que nos llevarán a conocer de primera mano alguna de las razones que hamanejado el jurado para la concesión de este premio al genio de Duluth. Al menos, hablaremos con conocimiento de causa, o mejor dicho, con conocimiento de Dylan.

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Don't Look Back, de D.A. Pennebaker, 1967

Un Dylan de 23 años se embarca en una gira de tres semanas por el Reino Unido durante 1965, y el director D.A. Pennebaker le sigue cámara en mano a todos lados. Una obra maestra del cine documental imprescindible para conocer lo que hay detrás de Bob Dylan. Su valor aumenta al tiempo que lo hace la figura del genio.

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Pat Garrett y Billy el niño, de Sam Peckinpah, 1973

Sam Peckinpah, el director de obras maestras como Grupo Salvaje, no había oido nada de Bob Dylan hasta que le escuchó cantar la canción para la que había sido contratado, del mismo título que la película. Le debió gustar, porque después le encargó toda la banda sonora y le dio un pequeño papel. En contrapartida, Dylan escribió para la película una de sus canciones más conocidas, Knockin’ On Heaven’s Door. Quid pro Quo, que diría Hannibal.

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I'm Not There, de Todd Haynes, 2007

Seis actores diferentes para encarnar las complejas facetas del poeta norteamericano, incluida una Cate Blanchett que lo borda. Un puzzle tan atrayente como eficaz en su tarea de explicarnos lo que significa Dylan como mezcla de sus diferentes personalidades y su evolución artística. Ineludible para todo dylaniano que se precie.

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Factory Girl, de George Hickenlooper, 2006

En Factory Girl no está Dylan, aunque sea lo más fácil del mundo identificarlo con el cantante interpretado por Hayden Christensen, una de las tres partes del triángulo amoroso que compuso -presuntamente- junto con Andy Warhol y la malograda Edie Sedgwick a mediados de los 60. Interesante para conocer los lugares creativos por los que se movía el creador de Like a Rolling Stone, de la que muchos dicen que estaba inspirada en Sedgwick.

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Jóvenes prodigiosos, de Curtis Hanson, 2000

Bob Dylan obtuvo su único Oscar (Y un Globo de Oro) a la mejor canción por The Things Have Changed, compuesta para esta comedia negra con la que aparentemente no tiene nada más que ver. Claro que la película va sobre la creatividad, así que… Curtis Hanson, el director, también dirigió el vídeo musical de la canción, simulando que Dylan participaba en la película. Un gran trabajo de Michael Douglas, por cierto.

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No direction home: Bob Dylan, de Martin Scorsese, 2005

No siempre sale bien cuando se juntan dos genialidades, pero no es el caso de este documental. El genio número uno, Scorsese, le hinca el diente al genio número dos, Dylan, y el resultado clava la frase publicitaria del documental: la odisea definitiva del rock & roll. Y de todo u Nobel de literatura, podemos añadir.