Richard Burton, algo más que amores con la Taylor.

Las grandes interpretaciones de Richard Burton sin la compañía de Elizabeth Taylor

Dicen que a Richard Burton, que hubiera cumplido por estas fechas 90 años, lo que le hubiera gustado es ser escritor, y que consideraba «poco masculina» la profesión de actor, la cual solo seguía siendo la suya por temas monetarios, asociados normalmente a la adqusición de joyas para la señora Burton. Es posible que de la pluma de ese imaginario Burton escritor no hubiera podido salir un romance literario tan enrevesado, ardoroso y lleno de altibajos como el que mantuvo con Elizabeth Taylor, un encuentro que pareció definir sus vidas, sus carreras y el recuerdo que tenemos de ellos.

Pero Burton (como la Taylor por su lado) era algo más que el enamorado de los regalos caros o el fuera de sí de las broncas con su compañera. Era un actor. Uno de los grandes actores británicos, protagonista de actuaciones memorables como el Alec Leamas de El espía que surgió del frío (Martin Ritt, 1965) o el Becket de la película del mismo nombre del año 1964. además de un buen número de representaciones triunfales como actor teatral en Broadway y Londres.  Y también un vividor de los de sorbos grandes, de tres paquetes y otras tantas botellas al día, casado tres veces además de las dos con la de los ojos violeta. Burton hubiera sido mucho Burton, con o sin ella.

Es bastante improbable que el actor galés, viendo como abusaba de la vida, hubiera llegado a cumplir los 90 años que celebraría en estos días. Pero casi seguro que le tampoco le importase demasiado, porque él, como declaró en una entrevista al ser preguntado por sus excesos, por su rendición frente a los trabajos comerciales en detrimento de su carrera teatral, por su manera de vivir, el dijo: «Sólo puedo repetir con Edith Piaf, je ne regrette rien» (No me arrepiento de nada).

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Mi prima Raquel (Henry Koster, 1952)

Convertido ya en una celebridad en los círculos teatrales de Gran Bretaña, Richard Burton comenzó sus andares en Hollywood con este drama de intriga ambientado en el s XIX. Y así de primeras, Globo de Oro a mejor actor revelación y nominación al Oscar como mejor secundario.

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La Túnica Sagrada (Henry Koster, 1953)

El actor galés consiguió su primer gran éxito con esta superproducción bíblica, que le introdujo de lleno en el estrellato Hollywoodiense. Victor Matureotro de los protagonistas, calificó su trabajo como de «Monstruo Perfeccionista».

3 / 11

Alejandro Magno (Robert Rossen, 1956)

Confirmando el hecho de que a Richard Burton le sentaban bien las falditas clásicas, aquí encarnaba al conquistador macedonio. Una actuación a recuperar, sobre todo si la comparamos con el Alejandro Magno de Oliver Stone y Colin Farrell.

4 / 11

Amarga Victoria (Nicholas Ray, 1957)

A Burton también le sentaban bien los uniformes aunque no fueran romanos, porque protagonizó una buena cantidad de películas bélicas. Esta es una de las mejores, ambientada en el Norte de África durante la Segunda Guerra Mundial.

5 / 11

Becket (Peter Glenville, 1964)

Un auténtico peliculón, donde Burton y O’Toole se montan un duelo interpretativo de altura metiéndose en la piel de el Arzobispo de Canterbury y Enrique II de Inglaterra, respectivamente.

6 / 11

La Noche de la Iguana (John Huston, 1964)

El mismo año que Becket, Burton se adorna con otra de sus grandes interpretaciones en esta adaptación de una novela de Tennesse Williams dirigida con maestría por John Huston. Teniendo en cuenta que se juntaron Huston, Burton y Gardner, lo que menos se debió beber en el rodaje fue agua.

7 / 11

El espía que surgió del frío (Martin Ritt, 1965)

Al igual que es inevitable pensar en Connery como Bond, esta primera adaptación de una novela de Le Carré tiene el efecto de que terminemos por poner el rostro de Burton a todos los antihéroes espías a partir de él. Será por algo.

8 / 11

El desafío de las águilas (Brian G. Hutton, 1968)

Está Burton, está Eastwood, y la diversión que proporciona esta película de acción bélica a la antigua usanza, con malos, buenos, explosiones y tiros. Es decir, que no será su mejor actuación, pero entretener, de lo más.

9 / 11

La Escalera (Stanley Donen, 1969)

Película prácticamente desconocida en España, donde no se estrenó hasta 1976 en algún que otro cine-club. Adaptada de una obra teatral, narra la relación entre una pareja de homosexuales maduros que se enfrentan a la detención de uno de ellos. De culto.

10 / 11

Equus (Sidney Lumet, 1977)

Drama psicológico adaptado de una obra de teatral que Burton había interpretado previamente con gran éxito. Dada la manera de dirigirla de Lumet, una gran oportunidad para ser testigos (en su versión original) de la capacidad encima de los escenarios del galés

11 / 11

1984 (Michael Radford, 1984)

Burton se despidió del cine, y prácticamente de la vida (murió dos meses antes del estreno) llevando a la gran pantalla la legendaria historia distópica de Orwell. Aunque sólo fuera por eso, imprescindible.



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