Natalia de Molina. Goya a la Mejor Actriz. Dos de dos.
Natalia de Molina lleva ritmo de actriz grande... muy grande.
Ignoro si a Natalia de Molina le gusta el deporte del baloncesto. Un deporte de múltiples emociones en el campo, vertiginoso en sus acciones, y con una especial querencia entre sus seguidores por las estadísticas. Tiros, rebotes, faltas, asistencias. Natalia tiene 25 años, ha participado en 8 largometrajes en 3 años, 3 de ellos sin estrenar, ha sido nominada en dos ocasiones a los Premios Goya, y ha resultado vencedora en las dos ocasiones. Dos de dos. Donde pone el ojo, pone el Goya. En progresión, que tiemble Carmen Maura, la actriz que más Goya acumula, con cuatro estatuillas. De momento, Natalia de Molina ya se asoma a mirar al mismo nivel que Cecilia Roth, Maribel Verdú o Rosa María Sardá, todas ellas con dos «cabezones».
Y no es que se enfrentara precisamente en esta ocasión a actrices desconocidas. Penélope Cruz y Juliette Binoche, dos de las actrices que competían con ella en esta edición acumulaban cada una un Oscar, algo que no ha ocurrido en ninguna ocasión anterior y que resulta complicado de repetir en las que vendrán. Y ha superado a Inma Serrano, que completaba el cuarteto de nominadas y que figuraba como favorita en la mayoría de quinielas por su por otra parte excelente trabajo en La Novia, al final, la gran perdedora de esta edición de los Goya.
Natalia es de esas actrices de raza que no lo parecen vestidas de civil. En Vivir es fácil con los ojos cerrados, creaba su personaje desde la sencillez, desde las esquinas donde suelen estar los secundarios, pero colocándose sin que nos diéramos cuenta entre lo principal de la película. En Techo y comida, colocada ya desde el principio en el centro del protagonismo, nos convence con su presencia, su saber estar, su plegamiento al papel que interpreta, llenándolo, dotándolo de vida. Natalia es de esas actrices de las que se recuerdan los nombres de sus papeles, como si se desdoblase en cada uno de ellos, como si dejase de ser para ser otra.
Habrá que estar atento a sus tiros a canasta, digo a los Goya…