Maléfica.
En este caso, se trata de explicar porque Maléfica es maléfica.
De ir con el cuento al cine. Maléfica es de esas películas a las que uno va con los recuerdos a flor de piel, con las imágenes en este caso de La Bella Durmiente de Disney, atento a cualquier imagen que le traiga a la memoria algo que coincida, un guiño, un personaje. Todo para que algo termine haciendo clic! y nuestro cerebro -y nuestro corazoncito- queden satisfechos.
Maléfica es, más o menos, una precuela de aquella Bella Durmiente que todos hemos visto, con más o menos edad, con más o menos ganas. O que nos han leído en su momento. O que hemos visto de refilón en más de una ocasión. Puede que ahora nos miremos al espejo y lo neguemos con la cabeza, pero me extrañaría que alguien no viera un fotograma cualquiera donde apareciera la Maléfica de aquella película y no la reconociera de inmediato. Añadiendo, además, el atractivo innegable que siempre han tenido los malos de las películas de Disney.
En este caso, se trata de explicar porque Maléfica es maléfica. Porque su maldad, porque su venganza. De ahí lo de precuela. Y de prota, la Jolie y los efectos visuales, empezando quizás por sus pómulos. Una oportunidad para el «Había una vez…»