Las (poco) odiosas ocho películas de Tarantino.
Con sólo ocho largometrajes, Quentin Tarantino se ha convertido ya en una leyenda del cine.
John Ford dirigió 140 películas, Billy Wilder 60, Alfred Hitchcock más de medio centenar. Quentin Tarantino, uno de los directores con más renombre y mayor número de seguidores y defensores acérrimos de su trabajo , acaba de estrenar hace unos meses su octava película como director en solitario, dato que él mismo se encarga de entregar al espectador desde los mismos títulos de crédito, por si nos era difícil contar tanto títulos, digo yo… Así que, teniendo en cuenta que ha transcurrido casi un cuarto de siglo entre su primera película (completa), Reservoir Dogs y esta Los odiosos ocho, está claro que habrá quien le considere un genio, pero nadie podrá decir que es un director prolífico.
Claro que, como casi todo en el cine de Tarantino, hay más de lo que parece a primera vista, incluso (o por ello) si el director de Knoxville nos lo cuenta. De entrada, su primera película debería haber sido El Cumpleaños de mi Mejor Amigo, pero después de un incendio que destruyó el lugar donde se guardaba el metraje original, sólo se pudo recuperar lo suficiente para estrenarlo como corto, aunque básicamente después la historia se convirtiera en el guión de Amor a Quemarropa, película de Tony Scott (pero con todo el espíritu tarantiniano) donde Quentin ejercía de guionista. También se obvia en esa cifra de 8 películas las que ha dirigido junto con otros realizadores, como es el caso de Four Rooms o Sin City, así como algún que otro episodio de Tv. Además de, claro está, de que no sólo es director, si no también guionista y un inquieto productor de producciones de los más variados estilos de cine.
Para terminar, la última «trampa» de esa cuenta de ocho es considerar a las dos partes de Kill Bill como una sola película, aunque fueran estrenadas en diferentes fechas. Pero en realidad, lo de menos es cual sea el número de películas que haya dirigido Quentin Tarantino. Lo importante es que lo siga haciendo, y que sus repetidas declaraciones en relación a que se retirará de la dirección con la décima película sea la enésima trampa de guión que nos presenta.
Reservoir Dogs (1992)
Una de las mejores Operas Primas de la historia del cine. Tarantino irrumpía en Hollywood como un elefante en una cacharrería y presentaba sus credenciales en un título rebosante del talento y promesas de lo que mucho que quedaba por venir.
Pulp Fiction (1994)
Pulp Fiction daba todo lo que parecía prometer el director en su debut y mucho más. Aunque sólo hubiera dirigido está película, Tarantino ya entraría en la historia como un grande, poseedor de un estilo tan personal como lleno de genialidad. Irrepetible, inconfundible e imprescindible.
Jackie Brown (1997)
Después de dos títulos como Reservoir Dogs y Pulp Fiction era previsible que hubiera un bajón en la calidad del cine del de Tennessee. Pero es más un paso adelante en la confirmación de su estilo, por más que no sea Jackie Brown la más tarantiniana de las películas de Tarantino.
Kill Bil Vol. 1 y 2 (2003-2004)
Tarantino aborda una de sus fuentes de inspiración y disfrute, las películas de Artes Marciales, con la ansiedad de un adolescente, el estilo de un artista y la genialidad de un conocedor a la perfección de lo que hace. Puro cine, vaya.
Grindhouse - Death Proof (2007)
Dos gamberros como Tarantino y Robert Rodríguez se unen para un doble homenaje a la peor (y gozosa, al menos para ellos) serie Z de los años 70 y el resultado por parte de Quentin es una ida de olla marca de la casa, Placer total y absolutamente culpable, el dirigiendo y nosotros digiriendo.
Malditos Bastardos (2009)
El director de Knoxville salta de un género a otro como si tal cosa, dejando en cada uno de ellos la huella de su inconfundible estilo. Un poquito de Doce del Patíbulo por aquí, otro poco de los comandos aulladores de Nick Furia, algo de Clint Eastwood, unas gotas (o litros) de sangre, se agita todo y se sirve recién hecho con el mejor vino posible.
Django Desencadenado (2012)
De lo bélico al oeste. Tarantino firma su obra más madura, depurando su estilo hasta hacerlo tan fino y cortante como sus mejores diálogos, sin renunciar a sus locuras en forma de escenas desatadas de muerte hasta para el apuntador. Y un inconmensurable Christoph Walz.
Los Odiosos Ocho (2015)
Quentin repite género y se larga al Oeste para regalarnos una especie de obra de teatro filmada que esconde casi todos sus recursos de guión y diálogos. En la inmensidad de los paisajes del Western, él encierra a los antepasados de los protagonistas de Reservoir Dogs y les deja hacer. Todo muy suyo. Y esperamos más en la próxima.
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