Doctor Extraño, Que Dios nos Perdone y Yo, Daniel Blake
La llegada de un nuevo superhéroe, ésta vez con la magia de acompañante, un asesino en el Madrid del 15M y la visita del Papa y lo nuevo de Ken Loach. ¿Hace un cine?
Visto lo visto, es decir, que los superhéroes siguen funcionando y que la apuesta por la creación de un «universo» homogéneo para relacionar todas las películas y personajes -de la misma manera que en sus cómics originales- ha salido a las mil maravillas, en Marvel no paran en esto de abrir la puerta a nuevos personajes y situaciones. El nuevo en llegar es el Doctor Extraño, uno de esos personajes que lleva en la editorial americana tanto como el que más (es decir, desde mediados de los 60, más o menos), pero nunca ha llegado a los niveles de popularidad de Spiderman, Iron Man o los mutantes de X-Men. Su poder es el dominio de la magia con mucho aire místico y le han puesto la cara del británico Benedict Cumberbatch. Menos mágico y bastante más apegado a la realidad es el Madrid que nos presenta Rodrigo Sorogoyen en Que Dios nos perdone, un thriller ubicado temporalmente en la ciudad que combinaba el movimiento del 15M y la visita del Papa. Bueno, y un asesino en serie para completar el asunto y dar origen a la trama, claro. No hay magia ni asesinos en la vida de Daniel Blake, el protagonista de la nueva película de Ken Loach, pero si todas las dificultades del mundo, provocadas por la ilógica e interminable burocracia británica que denuncia el siempre combativo y polémico director irlandés. ¿Hace un cine?
Dr. Strange (Doctor Extraño), de Scott Derrickson
A Benedict Cumberbatch le sienta como un guante el bigotito y los poderes de Stephen Strange, o mejor dicho, el Doctro Extraño, el llamado Hechicero Supremo del Universo Marvel, lo que quiere decir que debe enfrentarse a amenazas que riete tú del Sin Nombre de Harry Potter. Más de lo mismo, es decir, cine de superhéroes, pero con un toque más oscuro y místico, digamos cambiar algo para que nadie cambie -y siga yendo al cine-. Larga vida a los cómics en la gran pantalla.
Que Dios nos perdone, de Rodrigo Sorogoyen
Al Madrid de cine le hacían falta mas asesinos, más negro, más mala leche, para reflejar el lado oscuro pero atractivo de esa ciudad que amamos y odiamos a la vez. Roberto Álamo y Antonio de la Torre se deben mover en el Madrid caótico de verano de 2011 para descubrir a un asesino que pone la guinda al revuelo social del 15M, de la crisis y de la visita de una millonada de peregrinos para ver al Papa. Thriller español de altura para que el género siga creciendo y todos disfrutemos. No te la pierdas.
Yo, Daniel Blake, de Ken Loach
Cine de denuncia social de la mano del octogenario Ken Loach. Ganadora de la Palma de Oro en el último festival de Cannes, Yo, Daniel Blake no puede -ni quiere- obviar su origen en el estilo del director irlandés. Podrá ser odiada, criticada, alabada o elevada a los altares, pero l oque no hará será sorprender a nadie que la vea. Para Loach el mundo es un lugar injusto que no trata a todos por igual, y él nos lo cuenta como lo siente.