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Diplomacia.

Un thriller histórico vibrante, en el que la tensión no baja por mucho que seamos conscientes del resultado fina

Imaginemos un París sin el Museo del Louvre, sin Nôtre-Dame, sin la Torre Eiffel. Es complicado hacerlo. Incluso para los que no conocen París, significaría a buen seguro acabar con buena parte de lo que significa la ciudad, hacer desaparecer siglos de historia. Es algo impensable, inaudito, algo que sólo puede salir de una mente enferma. El loco se llamaba Hitler, y el día que toda esa locura se puedo hacer realidad, el 25 de agosto de 1944, el mismo que los aliados entraron en la capital francesa durante la ofensiva aliada que conduciría al final de la Segunda Guerra Mundial. La orden dada por el dictador alemán es clara: Es preciso que París no caiga en manos del enemigo, si no es convertido en un montón de ruinas. El encargado de hacer cumplir esas órdenes es el gobernador militar de París, Dietrich von Choltitz, que se aloja en el Hotel Meurice. Y el que sube las escaleras para reunirse con él e intentar parar semejante locura es el cónsul sueco, al que sólo le atiende el poder de la palabra. Dos hombres y dos mundos, frente a frente, y en sus manos, el destino de París.

Diplomacia es la recreación de ese encuentro entre el general y el diplomático, en una de las batallas de la Segunda Guerra Mundial que menos se conoce (aunque el cine ya la trató en la excelente  ¿Arde París? de René Clément, en 1966) y que se desarrolló contando con la única munición de las palabras. La razón contra la obediencia, la belleza contra la guerra, la diplomacia contra las armas. Un militar prusiano cara a cara contra un diplomático sueco. Casi teatral. Y en efecto, lo es, porque la película está basada (y se nota, siendo ese quizás su principal defecto) en la obra teatral del mismo nombre de Cyril Gely, que también firma el guión junto al director. Y que también estaba interpretada por André Dussollier en el papel del cónsul Raoul Nordling y por Niels Arestrup en el del general alemán.

El oscarizado (por El Tambor de hojalata, en 1979) Volker Schlöndorff nos presenta un thriller histórico vibrante, en el que la tensión no baja por mucho que seamos conscientes del resultado final. Y en el que los dos actores nos ofrecen un duelo interpretativo a la altura del tema tratado. Una buena oportunidad de recrear la importancia histórica de aquellos días de agosto con la perspectiva de la Europa de 7 décadas más tarde.

Título original: Diplomatie
Año: 2014
Duración: 80 min.
País: Francia
Director: Volker Schlöndorff
Guión: Volker Schlöndorff, Cyril Gely (Obra teatral: Cyril Gely)
Música: Jörg Lemberg
Fotografía: Michel Amathieu
Reparto: André Dussollier, Niels Arestrup, Robert Stadlober, Paula Beer, Burghart Klaußner, Charlie Nelson, Jean-Marc Roulot



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