Barbacoa de amigos
Tu sitio es ese, justo en la esquina de la mesa. Enseguida estará la carne... ¿Un poquito de sangría?
Finales de julio, un tiempo estupendo, llega el fin de semana y para los mas afortunados, las vacaciones… ¿Puede apetecer algo más que reunirse con los amigos y hacer una barbacoa? Buena comida, bebida abundante, charlas con la gente que conoces y te llevas bien, risas. Todo parece perfecto. Vamos, que no puedes decir que no.
Pues eso es lo que me ha pasado con la francesa Barbacoa de amigos. Que no puedo decir que no. Personajes protagonistas que rondan mi edad (un poco más mayores, que aún no llego a los cincuenta) y peripecias vitales cercanas, que uno tiene su corazoncito, y está harto ya de personajes que no se le acercan ni de cerca, entre jóvenes sobradamente preparados y casi ancianos que tienen un pasado en los cuerpos especiales y/o agencias secretas, por no hablar de tipos con superpoderes. El protagonista es Antoine (Lambert Wilson), aun convaleciente de un ataque al corazón, que le obliga a eso que se llama «comenzar a cuidarse», y que suele ser un «adiós a las cosas que te gustan y que siempre tienen demasiada grasa o son pecado». ¿Qué hace él? Pues montar una barbacoa, claro. Y llamar a los amigos. Y ofrecernos una comedia ligera que entretiene sin más pero con oficio, que es algo que se agradece.
Dirige Eric Lavaine y completan el reparto Franck Dubosc, Florence Foresti, Guillaume De Tonquedec, Lionel Abelanski, Jérôme Commandeur, Sophie Ouez, Lysiane Meis y Valérie Crouzet. Bienvenidos a la barbacoa. Tu sitio es ese, justo en la esquina de la mesa. Enseguida estará la carne… ¿Un poquito de sangría?