MAX.

“En este hermoso paraje que las guías turísticas se obstinan en ocultar, tiene su siniestra morada…el profesor Malik, mago, brujo, alquimista, hereje,… quinta esencia de todo lo abominable. En suma, un tipo realmente malo. Más aún: el mal personificado”.

Así comienza “El aprendiz de brujo”, historieta corta del álbum “La muerte húmeda” -originalmente en revista El Víbora, ediciones La Cúpula, 1982-, de temática de terror pero de índole humorística que no evita arrancar una carcajada de histeria.

Su autor es Francesc Capdevila, “Max”, -Barcelona, 1957-, ilustrador, diseñador y autor de historietas, que comenzó leyendo a Pumby y Jaimito, a Flash Gordon, El Hombre Enmascarado, Asterix y Tintín. En principio, quiso ser pintor, pero prefirió las posibilidades que le ofrecía el cómic. Y a Dios gracias, porque Francesc Capdevila, más conocido como “Max”, es hoy uno de los pocos memorables artistas españoles de historietas que permanece en activo.

El Instituto Cervantes acaba de inaugurar –21 de febrero- en su sede central la exposición “Max. Panóptica 1973-2011”.  Un gran recorrido en el que se degustan más de 200 obras que asimilan todo su quehacer artístico.

Ha creado personajes tan conocidos como al superrealista Bardín –muy jovencito-, Gustavo y Peter Pank –símil punk del Peter Pan de Disney que parodia a las tribus urbanas de la época-. Hasta 1990 la mayor parte de sus cómics se publicaron en la revista El Víbora –fue miembro de su equipo fundador-, y colaboró con Santiago Auserón -Radio Futura- en El Canto del Gallo, en la que se adapta la canción de mismo nombre.

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Max publica sus historietas en varios países de Europa y América. Ha ganado numerosos premios, como El Gran Premio del Saló Internacional del Cómic de Barcelona 2000, y es fundador y codirector de la revista semestral de historieta y gráfica de vanguardia NSLM.