Guerrilla Girls, treinta años al pie del cañón.

Sucedió una mañana de agosto de 1985. Nueva York hervía con las nuevas manifestaciones artísticas y el MoMa presentaba una colosal exhibición de pintura y escultura contemporáneas. Ciento noventa y cinco artistas. Ni una sola mujer. De pronto, un grupo de personas ataviadas con máscaras de gorila y taconazos imposibles se plantaron ante la puerta del museo y empapelaron la cuidad con carteles estridentes denunciando la supremacía blanca y masculina. Eran las Guerrilla Girls.

Artistas, historiadoras, directoras de cine y también comisarias de exposiciones que, hartas del desequilibrio y la falta de reconocimiento, decidieron sacarle los colores a todo el colectivo artístico de finales del siglo XX. Por suerte, aquello no había hecho más que empezar. Poco después ¿Tienen que desnudarse las mujeres para entrar al Metropolitan? — menos del 5% de los artistas en las secciones de Arte Moderno son mujeres, pero un 85% de los desnudos son femeninos— se convirtió en su lema y 1992 en el año que marcó uno de los hitos de su historia, cuando su activismo obligó al Guggeheim a modificar el elenco de una exposición colectiva en principio integrada exclusivamente por artistas masculinos.

Guerrilla urbana femenina y fanzinera basada en números infames, estadísticas bochornosas y datos vergonzantes —todo ello real, contrastable y contrastado—, pseudónimos de grandes artistas ya fallecidas, consignas tan punzantes como No tengas miedo de encontrarte sola en la cima porque nunca llegarás, que hoy sigue presentando batalla porque casi nada ha cambiado. Estereotipos diferentes, pero estereotipos al fin y al cabo.

Y es que ahora para triunfar en el arte tienes que ser hombre, elegante, vestir traje, hablar idiomas, no beber y tener muchísimo dinero, explican Frida (Kalho) y Käthe (Kollwitz). Las dos guerrilleras que estuvieron el pasado 31 de enero en Matadero Madrid presentando Guerrilla Girls. 1985-2015, una de las mayores retrospectivas celebradas sobre este colectivo artístico femenino y feminista que conmemora los 30 años de su fundación.

Una exposición que compila la práctica totalidad del trabajo realizado por el colectivo guerrillero y que muestra, junto a sus emblemáticos carteles organizados de manera cronológica, una serie de documentos (estadísticas, performances, fotografía, libros, conferencias) que generan un “contexto” informativo sobre la historia y los procesos de producción de Guerilla Girls.