El Salón de Arte Moderno reaviva el hedonismo cultural madrileño.

Este año, con algo de retraso respecto a las dos ediciones anteriores, el Salón de Arte Moderno se instala de nuevo en Madrid. Al edificio de Velázquez 12 acuden, una vez más, las galerías de arte más prestigiosas de nuestro país. En esta edición se rinde especial homenaje al artista Luis Feito, fallecido recientemente, mostrando su trabajo en todos los espacios.

EL Salón de Arte Moderno nace en febrero de 2019 con la idea de cubrir el vacío existente en torno al arte moderno, fundamental en el mercado galerístico actual. Fueron los propios galeristas y marchantes expertos en el siglo pasado quienes reclamaban un espacio específico para acercar tan exquisito periodo a los coleccionistas y aficionados. Jorge Alcolea recogió el testigo y, junto a un selecto y sólido grupo de expositores, dirige desde entonces uno de los salones de mayor calidad de nuestro país.

SAM, la única feria en Europa especializada en los grandes maestros de la vanguardia del siglo XX, reúne piezas de una categoría artística y un valor inusuales en este tipo de eventos. En cualquiera de las dos plantas de la feria, es habitual toparse con Dalí, Picasso, Tàpies, Miró, Chillida, Antonio Saura o Juan Genovés. Y no sólo. Desde el magnífico Francis Bacon que nos trae la Galería Cortina (que, por cierto, se estrena este año en el SAM y esperamos que repita), junto a otros titanes como Marc Chagall, o el Calder de la Galería Marc Calzada, brillan con luz propia los ocres y cobrizos de Joaquín Peinado —destacado artista de la Escuela de París, fundamental en el contexto del arte español contemporáneo—. Esta belleza de pequeño formato destaca entre las piezas, también de extraordinaria calidad (el retrato en acuarela de Manolo Hugué firmado por Picasso, junto a un collage de los setenta de Esteban Vicente), que exhibe la Galería Carlos Teixidó.

En el stand de Jordi Pascual nos topamos con una importante pintura del estadounidense Sam Francis, además de un magnífico Vasarely del 67 (St. Cerre); mientras que la viguesa Galería Montenegro nos ofrece el placer de contemplar el surrealismo de Maruja Mallo. También en femenino, la Galería Carlota expone  el trabajo de la artista Beatriz Zamora, pionera del minimalismo mexicano.

La extraordinaria obra del pintor canario Manolo Millares —cofundador del Grupo El Paso— El picador (1966), protagoniza la colección que presenta la Galería Jorge Juan de Madrid. Otra de las piezas más buscadas del salón es Caballos, barca y personajes, de Tàpies. Se trata de una obra de transición entre su etapa ligada al Dau al Set y la posterior abstracción geométrica, que forma parte del fondo del propio Alcolea. Desde Valencia, Benlliure nos trae los Peces de Manolo Valdés y varias obras firmadas por Luis Gordillo. Este último, recientemente expuesto en el MUN, también figura entre las propuestas de la galería Pilares, con Fernando Zóbel y Antonio Lorenzo.

Aunque la escultura salpica prácticamente todos los estands del tercer Salón de Arte Moderno, Aleseide Gallery, especializada en esta disciplina, presenta una colección exquisita formada por piezas de Rafael Canogar, Martín Chirino o Amadeo Gabino.

Pero como el placer no se limita a un único sentido, el SAM cuenta con cómplices irresistibles, expertos en hedonismo, dispuestos a elevar nuestra experiencia artístico-visual a extremos sinestésicos. Entre ellos levita la magia de Martin Miller’s Gin, uno de los patrocinadores del evento artístico —junto a todos los integrantes de Distrito 41—. ¿Y qué vincula a esta firma de bebidas Premium con el arte? Para empezar el espíritu pionero de su creador y sus socios, la audacia a la hora de pintar un destilado diferente en un contexto donde todo parecía inventado, la osadía de desafiar a la tradición y montarse un collage de ingredientes extravagantes hasta lograr la armonía: una obra maestra líquida.

Ya lo afirmaba Epicuro: No es lo que tenemos, sino lo que disfrutamos lo que constituye nuestra abundancia. Así que denle al hedonismo. Tienen hasta el 18 de abril.