Duane Michals: “Cuando observas mis fotografías, estás observando mis pensamientos”.

“When you look at my photographs, you are looking at my thoughts” —“Cuando observas mis fotografías, estás observando mis pensamientos”—. En esta frase radica la clave de lectura de la obra completa de Duane Michals: un trabajo que coincide con su filosofía de vida. No es un hecho común que expresión artística y pensamiento encajen con tal exactitud. De ahí que la fotografía de Michals se contemple hoy como una de las más intensas renovaciones del lenguaje fotográfico contemporáneo.

Nacido en McKeesport, Pennsylvania, en 1932, Michals estudió arte en la Universidad de Denver y diseño en Nueva York, ciudad donde trabajó también en el mundo editorial. Se inició en la fotografía sólo por afición. Sin embargo, la franqueza y expresividad de aquellas primeras imágenes tomadas en la URSS le otorgaron de inmediato el calificativo de innovador.

Desde entonces, su búsqueda personal se funde con su trayectoria profesional dando lugar a un modelo fotográfico alejado de las prácticas habituales. La obra de Duane Michals transita por territorios inexplorados, al margen de los tópicos, siempre en modo experimental. Desde que en 1966 introduce la técnica de la secuencia para narrar historias imaginadas, las inquietudes artísticas del fotógrafo no han dejado de crecer al mismo ritmo que su personalidad sensible y curiosa.

La Fundación Mapfre acoge, en su sede de Barcelona, una retrospectiva dedicada a la obra de Duane Michals. Se trata de una muestra organizada en bloques temáticos: sus inicios, sus maestros —pintores como Balthus, René Magritte y Giorgio de Chirico son referentes imprescindibles en el universo de Michals—, las secuencias, los foto-textos, su filosofía vital, las fotografías pintadas y sus trabajos comerciales. La exposición concluye con las últimas obras del autor, realizadas en formato vídeo. Una serie de cortometrajes donde se unen las invenciones formales con contenidos diversos —desde la política a la comunicación interpersonal—, resueltos con enorme creatividad.

A caballo entre la imagen y la poesía, el norteamericano incorpora a sus instantáneas textos, dibujos y coloridos artesanales, rompiendo con el estereotipo de que una fotografía vale más que mil palabras. Es en estas obras donde Michals revela su filosofía existencial y su posición política tolerante y constructiva. Más allá de la realidad, busca la identidad; lo recóndito antes que la memoria visual. De ahí que en su fotografía converjan el juego y la ironía; la muerte y la sexualidad; el vicio y la virtud; el miedo y la inocencia junto a la ausencia de prejuicios. Buen ejemplo de ellos es la serie How Photography Lost its Virginity on the Way to the Bank (Como perdió la fotografía su virginidad camino del banco).

A sus 84 años, Duane Michals sigue explorando el mundo, creando con idéntica intensidad, inventando las técnicas necesarias para continuar expresando sus emociones. En su etapa más receinte ha producido una serie de obras en color, positivadas en forma de abanico e inspiradas en la tradición popular japonesa del Ukiyo-e, con el fin de indagar en la naturaleza fluctuante de la vida contemporánea.

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Hasta el 10 de septiembre en la Fundación Mapfre. Casa Garriga i Nogués. Calle de la Diputación, 250 (Barceloona)