The Drive. Curtis Harding. Vídeo, letra e información.

En tiempos en los que muchos artistas han descubierto el poder de atracción sobre el público del soul y la mayoría se dedica simplemente a replicar los clichés heredados de la época dorada de este género, es un verdadero placer encontrarse con alguien de la categoría y el talento de Curtis Harding. Un cantante que en su álbum de debut “Soul Power” muestra que lo suyo no es un simple ejercicio de nostalgia, que él no se limita a recuperar los sonidos del rhythm and blues de forma hueca, sin alma ni emoción, sin sensaciones ni transpiración. Lo suyo suena auténtico y nuevo.

Curtis Harding nació y se crio en Saginaw, Michigan. Hijo de un veterano retirado y de una madre, Dorothy, que constantemente viajaba para dar conciertos de góspel, se subió por primera vez a un escenario cuando todavía era un niño para acompañar a su progenitora, que además le instruyó en las verdaderas reglas de la música negra. Cuando ya de mayor se estableció en Atlanta, Georgia, la profundidad de sus convicciones musicales y su cálida y prodigiosa voz le granjearon importantes aliados. Uno de los primeros en contar con él fue OutKast, que le invitó a poner voces en algunas de sus mezclas. Luego el afamado Cee Lo Green le invitó a unirse a su troupe como vocalista de refuerzo para sus conciertos, además de hacer coros en sus discos.

Todo esto estaba muy bien pero el verdadero empujón llegó cuando en 2011 pasó a formar parte de un proyecto bastante inusual, cuando Cole Alexander, guitarrista de la banda de garaje punk de Georgia The Black Lips le propuso trabajar juntos sobre una pasión común: el soul de toda la vida. Ambos echaron a andar esa colaboración bajo el nombre de Night Sun y en ella daban rienda suelta a una prometedora mezcla de rock, rhythm and blues y garaje. Después de unos cuantos conciertos, en 2013 publicaron un single con el famoso sello independiente californiano Burger Records. La discográfica no solo estaba deslumbrada por el resultado de ese encuentro entre guitarrista y cantante, sino que también quedó maravillada por la voz de Curtis Harding y le propuso grabar un disco en solitario. Ese álbum resultó ser “Soul Power”, publicado en mayo de 2014 y que ahora se relanza con el videoclip “The Drive”.

Nadie debería quedarse sin por lo menos escuchar a Curtis Harding y empaparse de la pasión y la intensidad con que interpreta el soul más clásico. Pero además se encontrará con un intérprete  que no sólo pretende fusionar los sonidos negros de los años 60 y principios de los 70, sino que además inyecta un poco de nervio y energía actual, convirtiendo aquello que se podía quedar en ejercicio retro, quizás vintage, en algo realmente contemporáneo. Su cálida, expresiva y flexible voz se amolda a cada instante, a cada nota, a cada emoción. Un intérprete que no pretende sobresalir sobre la música, sobre la canción, ni tampoco sobre la banda que le acompaña. Curtis Harding se funde con los sonidos, interacciona de forma inteligente y sugiere no sólo a aquellos grandes del soul, como Otis Redding, Sam Cooke o Marvin Gaye, también a The Spinners, incluso a los maestros de la guitarra y del rhythm and blues como B.B. King o Bo Diddley.

Entre el humo y el sudor, entre la pasión y la contención, entre la noche y el silencio rompe la figura de un intérprete cierto y verdadero al que no se le puede perder de vista: Curtis Harding.

Take it slow baby hold loose to my heart
you’ll never find your way driving through the dark
you ignore my direction neglecting all the signs
that’s why love leads you astray every single time.

She wants to drive with someone all the way
she wants to ride with someone who wants to stay
and by the time they get there she wants
that someone to share all the things that they saw along the way

You’re moving to fast baby it scares me every time
so I’m hitting the brakes baby cause
you’re steering out of line see it’s my car
baby it’s my car so I’m taking to the wheel
I’m driving now girl tell me how it feels

She wants to drive with someone all the way
she wants to ride with someone who wants to stay
and by the time they get there she wants
that someone to share all the things that they saw along the way.