El regreso de un músico que nunca dejó de serlo, David Harrod. Vídeo, letra e información.
Tras un cuarto de siglo vuelve para grabar y publicar un brillante EP.
Aquellos que son músicos, que llevan ese tesoro en su interior, lo son para siempre. Pasen los años que pasen, ocurra lo que ocurra y por muchas vueltas que dé la vida. Este es el caso de David Harrod, quien tras un cuarto de siglo alejado de la guitarra, sin cantar y sin componer, retoma su pasión y graba un excelente EP, “Palisade”, con cinco excelentes canciones a caballo entre el folk acústico y el country alternativo, que suenan intensas, sinceras y emocionantes y compuestas por él en esta nueva etapa de reencuentro.
David Harrod empezó a tocar en vivo cuando tenía 15 años. Entonces solía coger un autobús que le llevaba a la ciudad y se dirigía a un par de bares situados en Oxford Street, en Sydney, en donde ofrecían regularmente esa impagables noches de micrófonos abiertos. A lo largo de la década de los ochenta intentó con bastante empeño unirse a una banda, lo que finalmente consiguió con una llamada The IMF, que hacían temas propios, algo oscuros y misteriosos, con teclados discordantes, una ambiental guitarra eléctrica y secos golpes de bajo que marcaban el ritmo. Hacían temas propios que arrastraban influencias muy diversas, aunque, según recuerda Harrod, el guitarrista solía ser muy fan de los Simple Minds e incluso intentaron hacer una versión de su éxito “Waterfront”.
Aquello no duró mucho y se separaron por “diferencias artísticas”, o sea, que cada uno quería hacer algo distinta. Pero el bajista y Harrod armaron un nuevo grupo, 11:11 (Eleven Eleven) y ahí fue donde conoció al gran Michael Carpenter, con quien compartió su amor por The Beatles y sus influencias de Steely Dan, CSN&Y (Crosby, Stills, Nash & Young) y también Warren Zevon. Sin embargo, el bajista y el guitarrista eran más afines a Black Sabbath y a grupos de rock duro de los 70 y los 80 y la confluencia de esas afinidades les convirtió en un grupo realmente original. Además, decidieron que no sólo iban a tocar canciones de otros y que tocarían las suyas. A finales de 1990 se dieron cuenta de que no iba a pasar nada con ellos y se separaron. David Harrod enterró todo su equipo en el trastero y empezó una vida “normal”.
Veinticinco años después, la familia de David intuyó que se estaba volviendo algo loco y como solución decidió regalarle una guitarra. Una brillante idea. Primero empezó a desentumecer los músculos, practicar y hacer callo en los dedos y antes de que se diera cuenta ya tenía escrita una canción que terminaría convirtiéndose en “The Mountain You Build”. Como él mismo cuenta “Estaba bastante satisfecho con el resultado inicial, así que me puse la tarea de escribir seis canciones en seis meses, además de re-aprender algunas versiones para poder hacer un par de conciertos. Eso fue hace aproximadamente un año y medio. Entonces advertí a mi familia que esto se podría convertir en una obsesión, pero les parecía estupendo… y en mayo de 2016, once meses más tarde de recibir el regalo, ya había grabado este EP”.
Para la grabación del disco David contactó con su viejo amigo Michael Carpenter, el único que no se dio por vencido y que había seguido unido profesionalmente a la música, y durante cuatro días realizaron las sesiones de grabación en LoveHz Studio, su estudio. Michael se ocupó de la producción y de echar una mano a su ex compañero, quien, según él mismo ha confesado, comenzó las sesiones llorando, se emborrachó un poco a la mitad y terminó derramando una o dos lágrimas al final. Entre el 4 y el 13 de mayo de 2016 David Harrod registró cinco de las seis canciones que había preparado en una maqueta. Todas compuestas por él, todas escritas con la sabiduría que da el tiempo, con la mirada del que abandonó y vuelve otra vez. “La montaña que has construido nadie puede subirla”. Una bonita historia con un fantástico final: un puñado de magníficas canciones.
You’ve broken my body
Now you’re after my Soul
Is this your grand illusion
Should I just dig a hole
Come to the river
See what I mean
Sharks gliding slowly
As you float down stream
If we go on fighting there’s no way around it
The mountain you have built
No one can climb it
Come to my kitchen
There’s food for you all
And those in the galley
Can eat in the hall
If we go on fighting there’s no way around it
The mountain you have built
No one can climb it
I cast my mind beyond the day and I can see it’s cool
Everything you say to me
Just makes me think you fool.
You’ve broken my body
Now you’re after my Soul
Is this your grand illusion
Should I just dig a hole
Now I’ve seen the ending
It’s a sight to be seen
You may win the battle
But you don’t come out clean
If we go on fighting there’s no way around it
The mountain you have built
No one can climb it
If we go on fighting there’s no way around it
The mountain you have built
No one can climb it
oohh I’ll keep my Soul.