Celebramos el nacimiento del músico brasileño João Gilberto. Vídeo, letra e información.
Con él la música brasileña abrió la puerta a un nuevo estilo: la bossa nova.
Cuentan que, allá por 1956, uno de los equipos compositivos más importantes de la historia de la música, el formado por Vinicius de Moraes y Tom Jobin, se reunió para preparar una serie de canciones que, aunque no estaban nada mal, les faltaba algo de chispa, de ese punto innovador que las hiciera distintas. Durante al menos un par de años, los dos músicos estuvieron trabajando en una serie de melodías que no pasaban de ser unas canciones de samba tradicional. Tal vez más lentas, quizás más líricas, pero en definitiva no aportaban nada demasiado nuevo ni estaban enamorando locamente a nadie. Sin embargo, un día apareció como de la nada un joven cantante y guitarrista que retomó esas composiciones y les dio un nuevo aire, un nuevo ritmo que pronto se conoció en todo el mundo como bossa nova. Este jovenzuelo se llamaba João Gilberto.
Alguien que se llama João Gilberto Prado Pereira de Oliveira solamente podía nacer en Brasil. Y así lo hizo, en Juazeiro, una pequeña localidad provinciana en el interior del estado de Bahía, Brasil, el 10 de junio de 1931. También es cierto que si uno quiere ser famoso y conocido en todo el mundo tiene que utilizar un nombre un poco más familiar, así que desde muy pronto todos le llamaron simplemente João Gilberto. Luego, eso sí, le pusieron algunos apodos muy de su tierra, como O Rei da Bossa, o Il Maestro Supremo, incluso O Mito. Todos muy rimbombantes pero también muy ajustados a los méritos del susodicho, porque João Gilberto en efecto fue, ha sido y es El Rey de la Bossa, El Maestro Supremo y El Mito. Y más cosas también.
A pesar de los esfuerzos de su padre para que João cursase unos estudios “serios”, al niño le dio por la música y no por la escuela. Para colmo, a los 14 años un tío suyo le regaló una guitarra que desde ese momento le acompañó a todas partes. Un año más tarde ya era el líder de un joven grupo musical que se pasaba las tardes ensayando a la sombra de un viejo tamarindo en el centro de la ciudad y que de vez en cuando tocaba en pequeños actos sociales y centros culturales. Por aquel entonces se empapaba de la música que sonaba en una tienda del barrio y que impregnaba el aire con sonidos de jazz estadounidense, de la música de los compositores franceses y, por supuesto, con los éxitos brasileños de siempre y del momento, como Trío de Ouro, Orlando Silva o Geraldo Pereira.
A los 18 años se trasladó a Salvador para empezar su carrera en la música y lo primero que hizo fue unirse al grupo Garotos Da Lua. Durante un año estuvo probando suerte y forjando su estilo y aunque no tuvo un gran éxito, durante el tiempo que pasó allí sí que consolidó su reputación de buen músico. Pero como para poder triunfar había que ir a la capital, en 1950 João Gilberto y su banda se fueron a Río, en donde descubrió, en primer lugar, “la mala vida”. Tanto que incluso le echaron de su banda porque o bien llegaba tarde a los conciertos o directamente no aparecía. De hecho, hasta que se casó con Astrud Weinert (la cantante Astrud Gilberto), nunca tuvo un domicilio fijo y vivía de casa en casa, invitado de amigo en amigo… hasta que estos se hartaban. Fue una época dura, en la que pasó bastantes penalidades y la mayoría de la gente le dio la espalda, pero él siempre mantuvo la dignidad de su música y su profesión.
Poco a poco, con la ayuda de unos pocos fieles amigos y sobre todo de algún aficionado a la música que confió en su gran talento, João Gilberto rehízo su carrera y con el tiempo terminó convirtiéndose en uno de los pilares fundamentales de la música brasileña. Una música a la que le abrió un nuevo camino por el que transitando en el tiempo se hizo popular, universal y, sobre todo, diferente y propia.
En el videoclip, João Gilberto interpreta la canción “Desafinado”, una bossa nova compuesta por Antonio Carlos Jobim y Newton Mendonça y que el cantante y guitarrista grabó en 1958. Aquí está la letra original y su traducción al español.
Se você disser que eu desafino amor
Saiba que isso em mim provoca imensa dor
Só privilegiados têm ouvido igual ao seu
Eu possuo apenas o que Deus me deu
Se você insiste em classificar
Meu comportamento de anti-musical
Eu mesmo mentindo devo argumentar
Que isto é bossa-nova, isto é muito natural.
O que você não sabe nem sequer pressente
É que os desafinados também têm um coração
Fotografei você na minha Rolleiflex
Revelou-se a sua enorme ingratidão.
Só não poderá falar assim do meu amor
Este é o maior que você pode encontrar
Você com sua música esqueceu o principal
Que no peito dos desafinados
No fundo do peito bate calado
Que no peito dos desafinados
Também bate um coração.
Si dices que desafino, amor mío
Que sepas que eso en mí provoca un dolor inmenso
Solo privilegiados tienen un oído igual al tuyo
Yo poseo apenas el que Dios me dio
Si insistes en clasificar
Mi comportamiento de anti-musical
Yo mismo mintiendo debo argumentar
Que esto es bossa-nova, esto es muy natural.
Lo que no sabes, ni siquiera presientes
Es que los desafinados también tienen un corazón.
Te fotografié en mi Rolleiflex
Se reveló su enorme ingratitud.
Solo no podrás hablar así de mi amor
Este es el mayor que puedes encontrar
Tú con tu música olvidaste lo principal
Que en el pecho de los desafinados
En el fondo del pecho late en silencio
Que en el pecho de los desafinados
También late un corazón.