Robert Anthony Rodriguez nació en San Antonio, Texas, siendo uno de los diez hijos de los estadounidenses de origen mexicano Elizabeth, enfermera, y Cecilio, vendedor de ollas. Rodó sus primeras películas infantiles en Super 8 con su familia de protagonista antes de filmar diversos cortos, como Bedhead, que le abrieron las puertas de la Escuela de Cine de la Universidad de Texas.
Con apenas siete mil dólares dirigió y produjo El Mariachi, la historia de un joven e inocente cantante mexicano que llega a un pueblo en plena guerra de narcotraficantes. El dinero para rodar lo consiguió durante el mes que estuvo internado como cobaya probando un nuevo medicamento contra el colesterol.
Como la clínica era un lugar silencioso, dice que pudo concentrarse y también escribió el guión. El rodaje duró 15 días de 1991. Tenía 23 años. Tres años más tarde, y con mucho más presupuesto, volvió con Desesperado, secuela que emparejó en pantalla a Antonio Banderas y Salma Hayek.
Después rodaría un episodio de Four Rooms, la mítica Abierto Hasta El Amanecer, Sin City… y muchas más. Películas con mayor o menor presupuesto, que pueden gustar o no al espectador, pero que dejan claro que el cineasta texano es un esteta de manifiesto impacto sensorial y dinámico narrador de relatos con espíritu de serie B. Rodriguez es la prueba de cómo un desconocido con talento, de eclécticas influencias aunque sin dinero puede obtener igual o mejor respuesta en taquilla que una superproducción. Y lo hizo desde lo gore, narrando a partir de algo tan texano -y mexicano- como los imaginarios de frontera y sus límites, lo rural y lo urbano, el campo y la ciudad, la civilización que funciona como una metáfora de ley y orden frente a todo lo que queda al otro lado, las amenazas al orden social, la barbarie, los malos en forma de narcos, zombies o vampiros.
“Si quieres ser una estrella de rock, no basta con caminar sobre el escenario. Tienes que practicar en el garaje hasta que tus dedos sangren. Lo mismo sucede con la literatura y con el cine.”
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver
