Los pasos de los padres de Katharine Graham se cruzaron por primera vez en un museo de la calle 23 de Nueva York. Eugene Meyer, de treinta y dos años, llevaba poco tiempo en los negocios, pero ya había ganado varios millones de dólares.
Agnes Ernst, una joven alta y rubia de veintiún años, enérgica y segura de sí misma, se ganaba la vida trabajando como freelance para el viejo New York Sun. El fruto de ese encuentro casual en una exposición de estampas japonesas fue el matrimonio dos años después y el nacimiento de una hija, Katharine, que a partir de esa cadena de coincidencias, siempre recordaría el papel que la suerte y el azar desempeñaron en su vida.
Desde que el 6 de diciembre de 1877 apareciera el primer número, el Washington Post había atravesado por serias dificultades. La última, la bancarrota que hizo que en junio de 1933 el periódico fuese vendido por 825.000 dólares en pública subasta. El comprador, Eugene Meyer, comenzó un relanzamiento del diario ayudado por su yerno, Philip Graham.
Las cosas fueron tan bien que veinte años después el Post pudo comprar por ocho millones de dólares el periódico que le hacía competencia, el Times Herald. Pero Graham se suicidó en el 63 y la propiedad del periódico pasó a su viuda, Katharine. La rica heredera no dudó en abandonar el hogar para trabajar a tiempo completo.
Con Katharine Graham al frente, el Washington Post se convirtió en uno de los periódicos más influyentes del mundo. Su trayectoria empresarial no resultó fácil. Más de una vez estuvo al borde de la quiebra, pero fue bajo su dirección cuando el periódico destapó el caso Watergate, el escándalo que costó la presidencia de Estados Unidos a Richard Nixon.
Fueron muchas las cosas que dijo en la vida larga e intensa que disfrutó, recordamos hoy algunas, en el día de su efemérides.
“Lo que las mujeres deben hacer para conseguir el poder es redefinir su femineidad. El poder se consideraba un atributo masculino. En realidad el poder no tiene sexo.”
“Vivimos en un mundo sucio y peligroso. Hay cosas que el público no necesita saber y no debería saber. Creo que la democracia florece cuando el gobierno puede dar los pasos legítimos para mantener sus secretos y la prensa puede decidir si publicar o no lo que sabe.”
“El Watergate fue el suceso más importante de mi vida profesional, pero mi participación fue básicamente periférica y pocas veces directa. Estuve casi todo el tiempo en la trastienda. Fui una especie de abogado del diablo y estuve haciendo preguntas sin cesar para comprobar que estábamos siendo justos, objetivos y exactos.”
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver
