El escritor sudafricano John Maxwell Coetzee nació en la populosa Ciudad del Cabo, pero cuando tenía ocho años, su familia se trasladó a Worcester, en la casi desértica provincia de Karoo donde trascurrió su infancia con cierto desconcierto. Confusión porque con su familia -abogado su padre y profesora su madre- hablaba inglés, pero con otros parientes lo hacía en afrikáner, cultura en la que se sentía incómodo. Además, sus padres no practicaban ninguna confesión religiosa en un mundo, el de sus compañeros de colegio, en el que todos eran protestantes, católicos o judíos.
El joven Coetzee decidió volver a su ciudad natal para estudiar Lengua y Literatura Inglesa y Matemáticas en la universidad, carreras que terminó con resultados excepcionales. Para hacerse escritor viajó a Londres, pero allí se canso de la rutina de su trabajo como programador de IBM. y volvió a Ciudad del Cabo, presentó su tesis sobre el escritor Ford Madox Ford, y se embarcó en un buque italiano rumbo a Estados Unidos. En Buffalo, trabajando como profesor en la Universidad Estatal de Nueva York, comenzó la redacción de las memorias de su familia, texto que acabó por convertirse en su primera novela, Dusklands.
J.M. Coetzee recibió el Premio Nobel de Literatura en 2003, poco después de la publicación de Elizabeth Costello. Era el segundo autor sudafricano en lograr el galardón y la academia sueca destacó la brillantez y la honestidad intelectual del autor, así como su conciencia crítica. Anteriormente había recibido el Premio CNA, el Premio Booker K, el Premio Fémina de novela extranjera y el Premio Jerusalén. Sudafricano y blanco, formado en Ciudad del Cabo, Londres y Texas, opositor indiscutible del apartheid pero al margen de cualquier vida social, Coetzee se ha dedicado a escribir para hacer que sus novelas sean mucho más interesantes que su vida privada. No en vano, de él dijo otro Premio Nobel, Mario Vargas Llosa, es uno de los mejores novelistas vivos y no digo el mejor porque, para hacer una afirmación semejante, habría que haberlos leído a todos.
“En realidad, no iría a terapia ni en sueños. La meta de la terapia es hacerte feliz. La gente feliz no es interesante. Mejor aceptar la carga de infelicidad e intentar transformarla en algo que valga la pena, poesía, música o pintura.”
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver