Tal día como hoy nació Isabel I de Inglaterra, la reina virgen. Biografía, citas, frases.
Exaltada por unos y difamada por otros, Isabel, última monarca de la dinastía Tudor, nació en el Palacio de Greenwich, Londres el 6 de septiembre de 1533.
Hija de Enrique VIII y de su segunda esposa Ana Bolena, Isabel ocupaba el tercer lugar en la línea de sucesión al trono. Con la muerte en 1553 del rey Eduardo VI –hijo de Enrique VIII y su tercera esposa Jane Seymour- y el ascenso al trono de María –hija que tuvo con su primera esposa Catalina de Aragón-, la joven Isabel se situó en una posición ciertamente incómoda. Es más, en sus circunstancias nadie hubiera apostado por ella. Su media hermana, María I, llamada la sanguinaria, era la reina, e Isabel le profesaba en público la obediencia debida, aceptando sin protestar los rituales del culto católico.
Aun así, Isabel estaba bajo la continua sospecha de conspirar contra María, lo que la llevó a permanecer durante dos meses en la Torre de Londres, y después en arresto domiciliario durante un año en Woodstock. Tras la muerte de Bloody Mary, Isabel accedió al que por entonces era el trono más inseguro de Europa. Felipe II de España lo reclamaba como viudo de María. Los rebeldes del norte eran católicos y se sublevaban continuamente. María Estuardo, reina de Escocia y reina consorte de Francia, reclamaba la corona. Incluso el Papa publicó una bula destronándola e incitando su asesinato.
Pero Isabel reaccionó y poco a poco disipó cualquier duda. Más o menos cumplía con el ideal renacentista de belleza: piel blanca, un cabello claro, una frente despejada, amplia y lisa, labios rojos y pies pequeños. Y en todo en lo que no obedecía a tal esquema hizo todo lo posible por remediarlo. Su carisma se hizo notar el mismo día de su coronación y poco a poco, mediante para las masas afirmaciones y gestos simbólicos dejó claro que pretendía que Inglaterra siguiera no solo el camino de la Reforma protestante sino que, además, se convirtiera en una potencia comercial y se situara entre las grandes naciones de Europa.
Al poco tiempo de comenzar su reinado convirtió al país al protestantismo con la fundación de la Iglesia de Inglaterra. Sin embargo, a pesar de que había roto con el Papa de Roma y este había llegado a excomulgarla, en su Consejo Privado estaba formado por algunos católicos muy competentes. Dicen que supo llenar el vacío espiritual y emocional dejado entre sus súbditos por la ausencia de la Virgen María como intermediadora entre Dios y los hombres. Cuidó su aspecto virginal y no se casó nunca, como una reencarnación de la Virgen María. Y asumió el papel. Sería para siempre la reina virgen. Su reinado se conoce como Era isabeIina, el tiempo en que vivieron Shakespeare y Bacon, Marlowe, Jonson y Webster, Byrd y Bull.
Tras reinar durante casi 45 años, a su muerte Inglaterra se había convertido en la nación más próspera y poderosa de Europa.
Sus Citas y Frases célebres
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“Se que soy dueña de un débil y frágil cuerpo de mujer, pero tengo el corazón y el estómago de un rey, más aún, de un rey de Inglaterra.”
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“Aunque habéis tenido y tal vez tendréis reyes más sabios que se sienten en este trono, jamás tendréis uno que os ame más.”
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3 / 10
“No cuentes secretos a aquellos cuya fe y silencio no hayas probado.”
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4 / 10
“Aunque el sexo al que pertenezco se considera débil, encontrarás que soy una roca que no se dobla ante ningún viento.”
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5 / 10
“La ira convierte los hombres aburridos en ingeniosos, pero los mantiene pobres de espíritu.”
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6 / 10
“Ser rey y usar una corona es algo más glorioso para aquellos que lo contemplan que placentero para aquellos que os ostentan el cargo.”
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7 / 10
“No quiero un marido que me honre como a una reina, si no me ama como una mujer.”
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8 / 10
“Si cualquiera en autoridad debajo de mí ha descuidado o pervertido lo que le he dejado a su cargo, espero que Dios no deje sus culpas y ofensas a mi cargo.”
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9 / 10
“Tengo motivos para desear nada más que satisfacer el deber y este es un deber que debo cumplir.”
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10 / 10
“Que Parma o España, o cualquier soberano de Europa, se atreva a invadir las fronteras de mi reino; lo cual, si sucediera, antes que una mancha caiga sobre mi honor por mi culpa, yo misma empuñaré las armas, yo misma seré su caudillo y su juez, y sabré recompensar sus virtudes en el campo de batalla.”