El deseo de crear máquinas que aprendan y piensen ha producido cambios en la conceptualización que los seres humanos tenemos de nosotros mismos y del lugar que ocupamos en el universo. Desde hace decenios, la inteligencia artificial avanza a pasos acelerados, de forma que algunos investigadores aseguran que en algún momento no muy lejano conviviremos con máquinas parecidas a nosotros que nos harán la vida más fácil. Sin embargo, los avances reales siempre vienen acompañados de nuevos dilemas a añadir a un viejo debate: hasta qué punto una máquina podrá aprender, pensar, sentir o ser creativa como nosotros persona. En el origen de este debate, Herbert Simon tuvo mucho que decir, y dijo.
Nuestro personaje de hoy fue un científico estadounidense conocido por sus aportaciones a un amplio número de campos, como la psicología, las matemáticas, la epistemología, la economía y la inteligencia artificial, disciplina de la que la comunidad científica mundial lo considera fundador, y por tanto, sucesor espiritual de Alan Turing. Simon, que fue laureado en 1978 con el Premio Nobel de Economía por sus trabajos sobre los procesos de elección y la teoría de la decisión, era hijo de un ingeniero eléctrico alemán que emigró a Estados Unidos en 1903, y de una madre estadounidense también de origen europeo de profesión pianista. Junto a su hermano, cinco años mayor que él, Herbert Simon fue educado en un ambiente familiar caracterizado por la pasión por la lectura y la música.
Desde muy joven se sintió atraído por las ciencias sociales, por lo que en 1933 ingresó en la Universidad de Chicago para convertirse en lo que él llamaba un sociólogo matemático estudiando ciencias políticas, disciplina a la que quería imprimir el mismo rigor matemático del que gozan las llamadas ciencias puras. Además, estudió física y se interesó por la filosofía de la ciencia, lo que le permitió incluso publicar algunos trabajos sobre la axiomatización de la mecánica clásica. Sin embargo, su carrera experimentó un giro inesperado cuando escribió un trabajo sobre la toma de decisiones en las organizaciones, que terminó por proporcionarle la dirección de un grupo de investigación en la Universidad de Berkeley, una plaza en el Illinois Institute of Technology y, finalmente, tras doctorarse por la Universidad de Chicago, con dirección del Departamento de Ciencias Políticas.
Sin embargo la mayor parte de su vida profesional la pasó como profesor del Departamento de Psicología de la Carnegie Mellon University donde aún se le recuerda como un hombre de una inmensa curiosidad intelectual, agudo intelecto, gran generosidad y enorme dedicación a su trabajo. Sus trabajos más importantes se desarrollaron el área de la toma de decisiones, los procesos de solución de problemas, cognición, creatividad e inteligencia artificial. Simon contribuyó decisivamente a la comprensión de los procesos psicológicos por medio de computadores. Junto con Allen Newell, inició la psicología del procesamiento de información, utilizando lenguajes de programación para construir teorías de la conducta simbólica en los seres humanos.
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver