Sándor Grosschmied, conocido como Sándor Márai, nació de una opulenta familia húngara de origen sajón acostumbrada al sosegado ritmo de la sociedad burguesa del Imperio Austrohúngaro. Su apacible vida trascurrió entre cócteles, cacerías, conciertos y veladas, hasta que en 1914 estalló la Primera Guerra Mundial.
Finalizada la guerra y desaparecido el Imperio de los Habsburgo, sobre sus cimientos del Imperio, los comunistas húngaros quisieron fundar un estado socialista, pero la reacción conservadora lo impidió, y encumbró a un aristócrata a la antigua usanza, Miklós Horthy como regente.
En esa época, Márai estuvo en Alemania estudiando periodismo. Cuando los terminó, fue enviado como corresponsal del prestigioso periódico alemán Frankfurter Zeitung a Oriente Medio, y después a Leipzig, Weimar, Florencia, Londres, Frankfurt, Berlín y París, centro de la vida bohemia y cosmopolita de los felices años veinte.
Aquellos años en París, durante la dictadura de Horthy, lo hicieron popular en Hungría gracias a las crónicas que enviaba desde el extranjero. En los años treinta se estableció en Budapest y su nombre comenzó a brillar en el panorama literario como uno de los grandes escritores de la literatura europea de entreguerras, a la altura de Thomas Mann o Stefan Zweig. Márai disfrutaba de una vida acomodada.
Hasta que el el 12 de marzo de 1938, Austria aceptó su anexión al III Reich y los nazis se plantaron a las puertas de Hungría. Aquel día se derrumbaron los vestigios de la vieja Europa. Los diez años siguientes representaron el intento de aniquilación de la cultura burguesa, primero desde el nazismo y, después de la Segunda Guerra Mundial, con la instauración de una república socialista en Hungría, desde el comunismo. Tachado irremisiblemente de escritor burgués, abandonó definitivamente su país en 1948, exiliándose en Suiza e Italia, hasta que en 1952 se autoexilió en los Estados Unidos.
Desde Nueva York pudo comprobar cómo su obra era prohibida en Hungría por su oposición al régimen, lo que provocó su caída en el olvido. En 1989, Sándor Márai se suicidaría víctima de una profunda depresión, sin tiempo para disfrutar del fin del comunismo y del redescubrimiento de sus novelas por parte del gran público en los años 90.
“La vida se vuelve casi interesante cuando ya has aprendido las mentiras de los demás, y empiezas a disfrutar viendo que siempre dicen otra cosa de lo que quieren en verdad.”
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver