Frank James Cooper era el segundo hijo de los inmigrantes ingleses Alice y Charles Cooper, quien más tarde acabaría siendo juez de la Corte Suprema. Tuvo una buena educación, incluso en 1910 viajó junto a su madre y su hermano a Inglaterra para estudiar. Cuando volvió, Cooper compaginó sus estudios trabajando en el rancho de su padre. Hasta que decidió viajar a Los Ángeles para intentar vender sus dibujos a los periódicos de la ciudad.
A Cooper se le daba muy bien dibujar. Y montar a caballo, por lo que comenzó haciendo de vaquero como extra en un puñado de pequeñas películas. Hasta que en 1926 le dieron un papel en Flor del desierto y la Paramount le ofreció su primer contrato profesional. Luego fueron cayendo los éxitos, uno tras otro. A lo largo de 35 años y casi cien películas hechas a las órdenes de los mejores directores, Cooper supo crear un tipo con características propias y convertirse en una de las estrellas más representativas del cine norteamericano.
Siempre será recordado por su estatura, sus profundos ojos azules y su voz tranquila, rasgos por los que millones de personas le soñaron en los años dorados del cine, en blanco y negro y a 24 fotogramas por segundo. Siempre a la cabeza de una estirpe de actores formada por nombres como James Stewart o Henry Fonda, en todas sus películas, en westerns, dramas y comedias, Cooper solía interpretar a un hombre desgarbado de fatídicos andares, aunque sencillo, ingenuo y carente de maldad, ya fuera cuando interpretaba al más corajudo de los sheriff o a un forajido al margen de la ley.
Por eso estuvo nominado tres veces a los Oscar por El secreto de vivir, El orgullo de los Yankis y Por quién doblan las campanas, y lo obtuvo en tres ocasiones, por El sargento York, Solo ante el peligro y otro honorífico en 1961 en reconocimiento a toda su larga y extraordinaria carrera.
“Está usted al borde de un precipicio, no le aconsejo que vaya por la vida con los ojos cerrados. Pero si abre los ojos y mira, verá las cosas tal y como son en realidad.”
“El de Rhett Butler es uno de los mejores papeles que se han ofrecido en Hollywood. Dije no porque no me veía tan elegante y después de ver a Clark Gable interpretarlo, me he convencido de que tenía razón.”
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver