Sibaritas Klub, un rincón gourmet que solo abre una semana al mes.

La primera vez que supimos del cocinero vallisoletano Javier García Peña fue gracias a su participación en un conocido concurso televisivo para chef que ya estaban ejerciendo en diferentes restaurantes, propios o ajenos, de toda España. Aunque no resultó ser el ganador, sus ganas de innovar, su presencia imponente (no es para menos, dado que es jugador de rugby, en sus ratos libres cuando no está delante de los fogones) y su simpatía le abrieron muchísimas puertas.

Ahora es él quien las abre, concretamente las de su primera aventura en solitario. Precisamente es en Valladolid donde ha querido ponerla en marcha, y se trata de un proyecto bastante personal, en tanto que el Sibaritas Klub, que así es como se llama, no es un restaurante más al uso dentro de la oferta prémium que pueda haber en Castilla y León. De hecho, es bastante atípico. Para empezar, porque solo abre para cenas y solo una semana al mes, por lo que toca reservar sí o sí, si queremos no llevarnos la sorpresa de que no tendremos mesa.

Con un precio que parte de los 80 €, el menú de Sibaritas Klub va a ir cambiando cada mes, por lo que será prácticamente imposible repetir la cena en el caso de que nos haya encantado la que probemos. El resto de los días, el espacio se dedicará a talleres, eventos y lo que el chef ha llamado ‘Cenas furtivas’, que son experiencias a cuatro manos con otros cocineros, entre otras ideas. Este junio, la Cena Furtiva del jueves 30 será junto a David García, ganador de Top Chef; y la semana de cenas será la del 6 al 11. De todos modos, en el calendario de la web aparecen bien representados todos los actos.

El espacio también es muy especial. Para empezar, por la decoración, que el propio Javier ha ido eligiendo para moldearla tan a su gusto como el menú del Sibaritas Klub. Eclecticismo, puntos canallas, luces, contrastes… y una gran SK presidiendo la pared forman parte de un mobiliario rico en maderas y en muebles recuperados. Claro que tiene que competir con las vistas. En este caso, las que ofrece la torre del Museo de la Ciencia de la ciudad, que es donde se encuentra. Cenar con Valladolid encendiendo sus luces poco a poco es toda una experiencia.

Amantes de lo gourmet, ser de los primeros en probar este firme candidato a estrella Michelin es solo cuestión de reservar en su web.