Sabor cubano.

Gasset Habana un restaurante en el que se puede disfrutar de platos que se perdieron tras la Revolución.

Cuba, cálida y revolucionaria, tiene sabor propio. Un sabor que va más allá de los típicos frijoles y toma forma en los guisos y los platos más sabrosos. Un sabor que muchos de los cubanos que decidieron emigrar a nuestro país tuvieron que guardar en la memoria y en el corazón.

En 1967 se fundó en Madrid el Centro Cubano, un lugar de encuentro para todos aquellos que dejaron atrás esta encantadora isla del Caribe. En él, además de compartir recuerdos, todos sus socios podían disfrutar de la mejor gastronomía cubana y uno de ellos, Fernando Fernández, decidió alquilar el local y convertirse en su dueño. Años después su hija Lourdes Carreño y su nieto Ricardo Vallez, para mantener la tradición familiar, decidieron abrir un acogedor restaurante en el mismo lugar.

Gasset Habana está situado en el número 69 de la madrileña calle Ortega y Gasset y en él se puede disfrutar de platos que se perdieron tras la Revolución como el ajiaco -un guiso de carne y tubérculos que se tomaba tradicionalmente los lunes-, la ropa vieja, la vaca frita, las masitas de cerdo, el tamal de maíz o el delicioso postre de guayaba con queso crema.

Su chef, Bárbaro Pérez, formado en Cuba, combina productos tan autóctonos como el aji cachucha, el cilantro y el vino seco con otros típicos de la cocina española. Gasset Habana cuenta con una barra para disfrutar de los mejores combinados además de un salón para 18 comensales al más puro estilo colonial y una gran terraza.

Gasset Habana



Saborear

Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.

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