Hevia, donde el tiempo transcurre con elegancia.

Hay lugares refinados, emblemáticos, elegantes. Lugares que son una joya. Lugares que no cambian, ni falta que les hace. Hay lugares como Hevia. Un espacio gourmet exquisito fundado en 1964 por Pepe Hevia y que este año celebra su 50 aniversario con deliciosas novedades gastronómicas sin perder un ápice de su tradición culinaria.

Ubicado en un enclave señorial, en la madrileña calle Serrano, el restaurante Hevia conserva todo el encanto, el romanticismo y los aires bohemios que han hecho de él uno de los iconos de la gastronomía capitalina, además de un punto de encuentro imprescindible para intelectuales, artistas, empresarios y amantes del buen vivir. Todo gracias a su atmósfera intimista y acogedora; a su decoración —a caballo entre el clasicismo y la modernidad—, en la que destacan las esculturas de luz del artista Paco Pepe Posada, un toque vanguardista entre mesas vestidas con finos manteles de hilo y sillas enfundadas en originales telas. Y, cómo no, su terraza, espectacular, un oasis en medio del asfalto. Eso y un equipo profesional impecable han fraguado medio siglo de prestigio.

Pero el secreto del éxito de Hevia se esconde entre sus fogones. En la exclusividad de los ingredientes, en la cuidadosa presentación de los platos y en su exquisita carta elaborada siguiendo los preceptos de la cocina mediterránea con toques de autor. Un recorrido entre los hitos de la tradición española y otras refinadas recetas internacionales. Son históricos sus canapés, ensaladas, ahumados y entradas frías — micuit de pato, caviar o carpaccio de buey— aunque la estrella sigue siendo el Foie fresco de pato. En cuanto a la bodega es una declaración de amor por el vino: más de 200 referencias en vinos tranquilos y espumosos, más de 35 D.O. y más de 30 tipos de uva garantizan las preferencias de los paladares más exigentes.

Con motivo del 50 aniversario, Hevia ha preparado un menú degustación con los platos más emblemáticos de su historia y un Rioja especialmente creado para este acontecimiento. Las cartas las firma la mítica casa suiza de relojes de lujo, Audemars Piguet. Un guiño al tiempo que en Hevia transcurre entre el buen gusto y la elegancia.