Es toda una nueva tendencia en alimentación. No se trata de dietas ni milagros. No, se trata de aprender a disfrutar de cada bocado que te llevas a la boca. Porque la comida no es una cuestión de necesidad, cinco bocados más allá de tu límite, empieza la emoción a comer. Y claro, el cuerpo luego lo acusa.
– No se trata de nada nuevo, sino más bien de ponerle nombre a las cosas, para comprenderlas y aprender de nosotros mismos.
– Si entiendes y comprendes lo que comes, es casi seguro que tu relación con la comida va a cambiar.
– Porque los nervios no te comen, tu comes los nervios. Es una nueva mentalidad, con mucha lógica, que además nos permite potenciar nuestro lado más hedonista.
– El chocolate no es un abrazo, la bollería no es un látigo por haber fallado en el examen, pero todos hemos caído en eso.
– Pero claro, en casa, es fácil hacerse el yoghi y comer la ensaladita. El problema lo tenemos a la hora de salir fuera, ¿a que sí?
Y ¿cómo puedes sumarte a esta tendencia del mindfoodness? Básicamente lo que el mindfoodness propone, es que disfrutes el aquí y ahora de tu plato. Eso significa que prepares tus sentidos para lo que estás por probar. Que te olvides de las prisas, lo que viene luego, lo que te pasó antes. Que disfrutes el bocado que estás por degustar y apagues el móvil. Por supuesto, que te concentres en los sabores que comes y que los saborees (sin contar calorías, que eso estresa), se trata de hacerlo bien. De que te amigues con los alimentos, que descubras sabores y te concentres en las texturas. Y si ya disfrutas plenamente de la comida, desenchufarse y apagar la televisión, concentrarte en los ingredientes también te ayudará a controlar la parte más irracional de tu alimentación evitando comer por ansiedad, por depresión… o castigarte con la comida. Porque al fin de cuentas, se trata de que te respetes plenamente, incluyendo a tus deseos y gustos.
Y ¿con qué se come esto del mindfoodness?
Se come con la pasión con la que preparan sus platos estos 4 restaurantes que te proponen unas recetas ricas en sabores, apetitosas a la vista, con aromas que te invitan a gozar del momento y las texturas que te harán cosquillas en el paladar o te transportarán a un recuerdo o que crearán unos nuevos.
Bocadillo "El Vikingo Loco" de salmón, espinacas y crema de queso, del restaurante Levadura Madre Malasaña.
«Comer con cabeza y disfrutar con el paladar» nos recomiendan desde Levadura Madre. Un acto emocional que ellos acompañan con panes caseros deliciosos y con ingredientes sanos y tentadores.
Ceviche sashimi de vieiras, del restaurante Montes de Galicia.
Rocío Yagüe, jefa de sala del restaurante de alta gastronomía gallega Montes de Galicia, dice que carnes y pescados son una buena opción para quienes sienten el impulso de comer a todas horas.
Salmón marinado en cítricos, del restaurante Bendita Locura.
Diana González, de Bendita Locura Coffee & Dreams, propone cambiar la «acción de comer» por saborear cada bocado. Y que comer mejor no significa que el plato sea aburrido. Que no, que su cocina busca ese equilibrio fundamental entre lo healthy y lo sabroso.
Alcachofas tempurizadas sobre parmentier de boletus y all i oli de miel del Restaurante La Lata de Sardinas.
Nacho Aguilar, está al frente de este restaurante que su La Lata de Sardinas, es un espacio pequeño, acogedor, justamente para salir de la rutina y las prisas diarias y disfrutar de cada bocado tranquilamente.
Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.
