Puro sabor.

Al entrar en el restaurante de Ricard Camarena, un flamante estrella michelín de Valencia, percibe al instante el ambiente acogedor y natural que late en la sencillez de la decoración y la pureza de los materiales en los que toman forma mesas y sillas.

Y es Ricard Camarena es un buscador constante de la pureza en los sabores y su restaurante no podía reflejar nada más que ésto mismo. –Nuestra forma de entender la cocina incluye el trato y el bienestar del cliente por encima de cualquier formalismo- y así, en ese ‘estar bien’ una vez te dispones frente a la mesa, todo un mundo de sabor y arte culinario brilla ante tus ojos dispuesto a delitarte el gusto.

Podrás regalarte el menú de 3 platos o, en un acto de gula perdonada previamente, lanzarte al de 7 y saborearlo todo y… ¿qué es todo? te preguntarás, en el restaurante de Ricard Camarena algo de ese todo son platos como éstos: Tartare de atún de almadraba con brócoli al dente y sopa fría de tomate asado; pescado de lonja con coliflor frita, jugo de limón y alcaparras; paletilla de cabrito lacada con tartare de berenjena frita y anchoa; presa ibérica de bellota en adobo con puerros asados, mostaza y bonitos seco; y para postre… ¿qué tal curry dulce de frutas, hierbas y coco o café, leche quemada, mantequilla y macadamia?

Son muchas las visitas obligadas a las que uno se enfrenta al acercarse a Valencia pero el restaurante de Ricard Camarena es, sin duda, una de las ineludibles.