Petit Appetit, cuando cuidarse es un placer.

Comer fuera tiene un incuestionable punto de comodidad, la de no meterse en la cocina, mancharse manos y cacharros y echarle un rato a los fogones; pero tiene también sus peligros por aquello de dejarse llevar por el gusto y perderse en menús plagados de tentaciones que parecen irrenunciables.

Claro que hay lugares que nos lo ponen fácil porque sus cartas son regalos para el buen gusto sin añadir esas terribles tentaciones. Son lugares como Petit Appetit, un bistró en el que las ensaladas son una delicia, la pasta fresca el capricho más sabroso y las tostas bocados exquisitos.

En Petit Appetit podrás regalarte un desayuno con bollería francesa, un capricho para amanecer con buen ánimo, y comer rico y sano, degustando productos ecológicos preparados del modo más natural. Petit Appetit es también un afterwork de bocados apetecibles acompañados de un copa y un mojito.

El lugar es además encantador, luminoso y de gusto afrancesado, así como muy chic, con ese punto elegante y atractivo que sólo viste el color blanco.

Y además, para que no te quedes nunca con las ganas de Petit Appetit, tienen servicio de catering y take away.

En definitiva, si no disfrutas cuidándote, desde el mismo lunes, será porque no quieres.