Palmer & Co., un escondite subterráneo en Sydney.

Olvídate de todo. De dónde vives, del siglo, año y mes que es, del bullicio de la ciudad y de tus obligaciones. Y viaja con la mente hasta un lugar en el que todo sea diferente: la ropa, el ambiente, la música… por ejemplo, un bar de los años 20. O mejor dicho, un bar clandestino de la década de los 20 en el que, a espaldas de la rígida Ley Seca, se sirviera alcohol. No hace falta inventar una máquina del tiempo para trasladarse a ese lugar, sino únicamente es necesario ir a Sídney.

Está escondido en un estrecho callejón que sale de George Street, una de las arterias principales de Sídney, y para entrar a él es necesario pasar por una salida de emergencia y bajar unas escaleras hasta encontrarnos bajo tierra. Es en esta extraña ubicación donde se encuentra Palmer & Co., probablemente uno de los bares con más encanto no solo de Australia sino de todo el mundo.

Nada más atravesar su puerta uno viaja en el tiempo hasta la época de la prohibición, de los contrabandistas, del jazz y las reuniones sociales que se prolongaban hasta altas horas de la madrugada. Buena música, mejores cócteles, todo tipo de licores y un equipo de camareros ataviados con ropas de décadas pasadas, Palmer & Co. tiene todos los ingredientes para convertirse en un imprescindible de todos aquellos que quieran tomar algo en tonos sepia en la ciudad australiana.

La decoración está compuesta por lámparas de época, suelo de baldosas, techos abovedados con ladrillos a la vista y algún que otro azulejo. Da la impresión de que se ha construido en un antiguo túnel de metro, a modo de refugio. Y es que Palmer & Co. recibe su nombre del señor Palmer, un taxidermista que hace años ocupó este mismo espacio –de ahí los pájaros disecados y fotografías que se pueden ver en el bar-.

El bar está repartido en varias zonas, la barra, con sus taburetes, una zona con mesas bajas y otra con mesas altas en la cual se sirve comida al estilo americano, desde platos elaborados a base de pollo, carnes curadas, quesos e incluso pizzas. En Palmer & Co. todo es posible, incluso que te pregunten la contraseña al entrar. Si es así, no te preocupes, di que vienes de nuestra parte.