Más que una taberna.

Cuando en los años 60 el escritor Julio Cortázar publicó su novela Rayuela, la crítica se desconcertó al encontrarse delante de una de las primeras novelas surrealistas argentinas. Lo curioso de esta obra es que sus 155 capítulos pueden leerse de tres formas diferentes sin carecer ninguna de ellas de sentido. Es el lector el único que decide el orden que quiere seguir.

En el número 8 de la calle Morería de Madrid ocurre algo parecido. Bajo el nombre de Taberna Rayuela se esconde un espacio que, a primera vista responde a la definición que todos conocemos de taberna, pero en que al adentrarnos e ir más allá de su fachada descubrimos con sorpresa un inusual interior. Porque Rayuela es un bistró, una panadería, una floristería y también un restaurante con propuestas muy españolas.

La barra de la entrada que recibía a los clientes de la antigua taberna ubicada en este lugar se ha convertido en un mostrador en el cual se puede comprar pan recién hecho, tartas caseras y también coloridas flores. Mientras, en el interior, el jefe de cocina belga Nicolás Pecquereau se encarga de que todo el mundo saboree sus exquisitas creaciones como las manitas de cerdo rellenas de setas y mollejas, las samosas de patatas y guisantes o su gran selección de tapas con recetas nacionales e internacionales.

Cualquier opción es buena para deleitar los sentidos en esta acogedora taberna que, entre arcos y columnas con algún que otro siglo encima, deja entrever por sus ventanales unas increíbles vistas del parque de Las Vistillas. Sin duda, las mejores acompañantes para disfrutar de Rayuela, un lugar en el que el cliente elige y siempre se sorprende.