Madrid-Miami en copa de litro.
Hay que dejar hueco para el postre. En El Recuerdo más que en ningún sitio...
Una mezcla explosiva. El Recuerdo, que lleva diez años marcando tendencia en Madrid gracias a su cocina sencilla y su ambiente clásico y del barrio, cruza el charco y se trae una nueva zona lounge, decorada por Ignacio García de Vinuesa, con espectaculares cócteles XXL y los platos de mayor éxito de Love is Blind, el último proyecto del decorador en Miami.
Un proyecto que lleva también, igual que El Recuerdo, el sello de los hermanos Galán, que han sabido exportar el concepto de este restaurante tradicional madrileño a Coral Gables, una de las zonas residenciales más exclusivas de Florida.
Un cruce de tendencias. Un viaje sobre la mesa. Es lo que han pretendido con esta vuelta de tuerca a un local de siempre cuya carta sigue intacta, porque es un éxito. Sigue la tortilla española, siguen el salmorejo, las croquetas, las alcachofas y el bienmesabe de pollo, pero se alternan con los must de Miami como la crema de ostras servida en tulipa de trigo, el «No puedo creer que no sea pasta», porque en realidad se trata de tiras de calabacín, y el tartar de atún con aguacate y salsa de sésamo.
Hay que dejar hueco para el postre. En El Recuerdo más que en ningún sitio. Cuidado, eso sí, porque conlleva riesgo. Primero, porque el precio de su «doble o nada», un brownie de chocolate con helado, depende de una tirada de dados. Segundo, porque es imposible no probar uno de sus mojitos, caipirinhas o piñas coladas servidos en copa de litro, y son irresistiblemente peligrosos.
La sobremesa se alarga, se encienden las velas y la tarde cae ya en el novedoso lounge de entrada, cóctel en mano. En esta zona podemos comenzar de nuevo con sándwiches y tapas informales, que se sirven en horario ininterrumpido hasta que el barman lo permita. Entre tanto, vamos fichando novedades de la carta de desayunos, mirando el reloj, pensando en el día siguiente y en ese café despertador que será infalible en la pausa matutina. Pero eso será mañana. Hasta entonces, disfrutemos.
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