Macadamia.

Macadamia era el nombre perfecto para un local que es más que un restaurante; un nombre seductor que entraña delicia, exclusividad y magia.

Macadamia. Una palabra sonora y sabrosa, dulce e incitante, casi tanto como las ocho variedades de planta y fruto, originarias de Nueva Caledonia e Indonesia, que comprende… claro que sólo dos de estas ocho variedades son comestibles, sus compañeras de denominación son venenosas, nada menos.

Será por eso que Macadamia era el nombre perfecto para un local que es más que un restaurante; un nombre seductor que entraña delicia, exclusividad y magia.

Son las 13.00 horas.
Y Macadamia abre las puertas a todos sus espacios y ambientes para que encuentres el acomodo que te pida el cuerpo y las delicias que satisfagan tu apetito. El lounge para una comida informal y el restaurante para la sofisticación y la etiqueta; no hay detalle que se deje al azar, taburetes en la barra, mesas bajas, sofás y luz natural en el lounge, maderas nobles y luz cálida en el restaurante… y en tu plato, quizá, croquetas melosas de cecina o láminas de atún a la pimienta con caramelo de soja.

Son las 20.00 horas.
Fin de jornada, relax y ganas de mirarse a la cara y reirse, de compartir una cerveza o un cóctel e incluso una cena tan formal o informal como la ocasión requiera. No cambian el lugar ni los espacios, tampoco la carta aunque probablemente sí lo hagan tus elecciones y veas tu plato frente a ti rebosante de pez mantequilla con cebolla confitada y trufa con espaguetis de calabacín o de arroz meloso de setas y carrillera.

¿Quién se resiste a un postre? ¿tarta de queso con corazón de galleta o, quizá, el Banoffee?

Cabe la posibilidad, además, de que estemos a miércoles y, entonces, la magia de Jorge Luengo toma el local y sorprende a propios y extraños…

En Macadamia son además muy de vivir la nuit y, pasadas las 2.30, el lugar se viste de rosa y gris, la música eleva sus tonos y la fiesta toma el local que era un restaurte y ya no lo será más hasta el día siguiente… a las 13.00 horas.

El local es moderno y acogedor, la cocina deliciosa, los cócteles incitantes, el ambiente a tu gusto y las posibilidades infinitas… Es Macadamia, un imperdible de Madrid.

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