Feeling gastronómico.

Un restaurante que lo apuesta a todo a lo que sirve sobre el plato.

El Feeling aquí es excelente, porque en Feeling se come bien. Muy bien. Puede que no llame la atención, en el entorno de la madrileña plaza del Conde del Valle de Suchil, pero en este restaurante, verdaderamente, importa más el contenido que el continente.

Y no es que no sea elegante, que lo es. Pero es sencillo, discreto, y Alfonso Sánchez, su chef, lo apuesta a todo a lo que sirve sobre el plato. Ha aprendido de la alta cocina para todos los públicos de Ricard Camarena o Alberto Chicote, y aquí lo ejemplifica en una cocina mediterránea donde el producto es el rey, aunando memoria y vanguardia.

Hay dos ambientes y tres opciones. En el comedor, amplio, luminoso y cosmopolita, puede pedirse a la carta o solicitar el menú gastronómico. A la entrada, en el gastrobar, muchos de estos platos en versión miniatura en apariencia y precio. Sardinillas ahumadas al sarmiento con majao de aguacate y pico de gallo, caballa confitada con picada de mango y sésamo, escabeche de setas con yema de huevo trufada del valle del Yerri o un insuperable canelón de pato con puré de patata trufado y reducción de cassis son algunas de las recetas imprescindibles.

Un cóctel Recall (retirada) a base de frutos rojos pone el colofón. Éste o cualquiera de los que un experto barman prepara al momento, antes y después de un excelente almuerzo o cena. La cuestión es crear Feeling, y aquí lo consiguen.

Localización



Saborear

Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.

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