El Molino de Urdániz, probablemente el mejor restaurante de Navarra.

El Molino de Urdániz es, según los inspectores de la prestigiosa guía Michelin, el mejor restaurante de Navarra y uno de los mejores de España.

Navarra cuenta cuatro Estrellas Michelin entre sus restaurante y la mitad de ellas son de David Yárnoz, el chef de El Molino de Urdániz que ha conseguido subir un escalafón en la lista de la prestigiosa guía Michelin, lucía una Estrella, ahora tiene dos, dos Estrellas Michelin que lo han convertido en uno de los triunfadores del evento celebrado hace unos días en Lisboa para presentar la Guía Michelin 2019 para España y Portugal.

Dani García salvó la pérdida de un restaurante con tres Estrellas Michelin que suponía el cierre del Saint Pau por la jubilación de su chef, Carme Ruscalleda y lo hizo sumando la tercera Estrella a su restaurante marbellí; tras Dani García los nombres más destacados de la noche fueron el de David Yárnoz, Ricard Camarena porque pasaron de lucir una Estrella Michelin a contar con dos y hacer si cabe más ricas sus respectivas comunidades, Navarra y Valencia respectivamente.

Nosotros hoy comemos en Navarra, en El Molino de Urdániz, para celebrar el éxito de David Yárnoz y descubrir a qué saben sus Estrellas Michelin; lo primero que te sorprenderá de este restaurante es su ubicación, es un restaurante de carretera en una zona natural de Navarra, te gustará la casa de piedra en la que se instala y más aún su acogedor interiorismo protagonizado por la piedra y la madera pero lo que te conquistará del todo es su menú degustación aunque no es esl único modo de saborear El Molino de Urdániz, optar por un menú más sencillo te permitirá hacerlo por solo 25 euros mientras el menú degustación cuesta 100 euros.

Si te decides a darte el gusto y el lujo de disfrutar del menú degustación te perderás entre los sabores del caramelo de pimentón relleno de mousse de txistorra, del pepino encurtido, de la ostra con jengibre y aire de limón, del coral de vieira en salmuera con carpaccio de la nuez, de la crema melosa de guisantes, la molleja de vaca, el hígado de pato asado, la cigala meuniere, la trucha del roncal y la pechuga de pichón asada… en esos sabores y también en las notas dulces del postre: arándanos con crema helada de remolacha y piñones.

 



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